La palabra libre
Defender la libertad de prensa no es solo un acto gremial, es una causa civilizatoria
Arrancó ayer en Punta Cana la Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa, un foro que vuelve a poner sobre la mesa el valor de la palabra libre. Durante cuatro días, editores, periodistas y ejecutivos de medios debatirán sobre los desafíos del oficio en un continente donde la censura cambia de rostro, pero no de propósito.
En el hotel The Westin Punta Cana Resort & Club, sede oficial del encuentro, se discutirán los informes sobre la situación de la libertad de prensa en 24 países de la región. Las amenazas son conocidas: gobiernos que presionan, desinformación que contamina y modelos de negocio que se tambalean. A ello se suma la irrupción de la inteligencia artificial, que promete tanto como inquieta.
Los medios enfrentan hoy un desafío mayor, preservar su independencia en medio de la polarización política y de un ecosistema digital que premia la estridencia sobre la verdad. La credibilidad, más que nunca, depende del rigor y de la ética. Resistir a la manipulación y al ruido es parte del oficio, pero también de la responsabilidad con el público.
Defender la libertad de prensa no es solo un acto gremial, es una causa civilizatoria. Allí donde la palabra se acalla, se apaga también la posibilidad de una sociedad verdaderamente democrática.