Los ríos agónicos
La sequía que ya llegó
Ayer, un equipo de Diario Libre publicó un reportaje que duele. Mostró, con datos y con imágenes contundentes, el estado crítico de muchos ríos dominicanos. Donde antes corría agua, hoy hay piedras, basura y tierra seca. No es una advertencia futurista. Está pasando ahora, frente a nuestros ojos.
El trabajo periodístico recoge voces, cifras y promesas. También deja ver una verdad sencilla: los esfuerzos existen, pero no alcanzan. Se invierte, se anuncian planes, se visitan las cuencas. Sin embargo, los resultados aún no cambian la realidad en la misma magnitud del problema. En demasiados tramos, la tala ilegal, la extracción de materiales y la falta de control siguen ganando la batalla diaria.
Cuidar los ríos no es un lujo ni un tema técnico reservado a especialistas. Es algo tan básico como asegurar el agua para beber, para sembrar, para vivir. Es pensar en las comunidades que ya sienten la escasez y en las que la sentirán si no actuamos con más firmeza y continuidad.
El reportaje nos recuerda lo esencial: sin ríos no hay futuro. El país tiene leyes, instituciones y recursos. Falta constancia, supervisión efectiva y sanciones reales. No queda tiempo para pausar. A salvar nuestros ríos antes de que la sequía sea definitiva.
