Florece la inversión extranjera
Los tres pilares del éxito inversor dominicano
La República Dominicana ha logrado sostener un flujo creciente de inversión extranjera directa incluso en un entorno global lleno de tensiones, desaceleración económica, inflación persistente y una reconfiguración acelerada de las cadenas de suministro. Que el país haya crecido en captación de IED en 2024 mientras América Latina retrocedía demuestra la fortaleza de sus fundamentos y la confianza que inspira un marco económico estable, predecible y abierto a los negocios.
Ese comportamientoresponde a una mezcla de estabilidad macroeconómica, paz social y un clima de inversión que ha permitido que sectores como turismo, energía e inmobiliario concentren más del 70 % de los flujos. El liderazgo de Estados Unidos y España como principales emisores confirma la relevancia de socios con vínculos históricos sólidos, pero también recuerda la necesidad de diversificar orígenes y sofisticar la estructura productiva.
La relocalización industrial —nearshoring y friendshoring— está redefiniendo el mapa global y la República Dominicana tiene ventajas evidentes: ubicación estratégica, zonas francas maduras, acceso preferencial a mercados y un hub logístico en plena expansión. Integrar estas piezas permitiría atraer inversiones de mayor complejidad, desde semiconductores hasta tecnologías limpias, y convertir al país en un nodo indispensable de producción y distribución regional.
El reto es claro: transformar volumen en valor. La ventana está abierta y debemos aprovecharla.
