Investigación clara y rápida
Tragedia escolar exige una investigación inmediata y sin sombras
Urge una investigación convincente que despeje todas las dudas y satisfaga a una familia agobiada por el duelo. La muerte de Stephora Anne-Mircie Joseph, de 11 años, ocurrida durante una excursión escolar, exige una respuesta institucional inmediata, seria y transparente. Ninguna sociedad puede resignarse a que una niña salga de su casa para un día de recreación y no regrese jamás.
Las circunstancias del caso -las versiones iniciales que no coinciden, la falta de supervisión que la familia denuncia- obligan a una indagación profunda que establezca con precisión qué ocurrió y dónde fallaron los mecanismos de protección. Se trata de honrar la vida de una menor cuya muerte no puede quedar envuelta en sombras.
La Procuraduría ha ordenado una investigación, y es un paso necesario. Pero lo que la sociedad espera es claridad. Que la espera no sea interminable. Que no se permita que la confusión, el silencio o la burocracia opaquen la verdad. Que se aclare, además, si hubo racismo dado el origen étnico de Stephora.
Proteger a nuestros niños es una responsabilidad ineludible. Cuando esa responsabilidad fracasa, el Estado debe responder con rigor y celeridad. La memoria de Stephora Anne-Mircie Joseph merece una verdad completa y un compromiso visible de que una tragedia así no vuelva a repetirse.
