Trajes planchados
Cuando el deber llama, ni los amigos del presidente viajan
Abinader ha demostrado ser un presidente exigente con sus funcionarios, aunque su celo no ha evitado ineficiencia y dejadez en algunas áreas, historias hay que muestran su postura.
Era el fin de semana mexicano, porque una sobrina suya se casaba en la capital azteca. Entre los invitados figuraban destacados miembros del gabinete, unidos a la familia Abinader por lazos de amistad, que no solamente políticos.
Pues cuando algunos tenían el pie en el estribo del avión recibieron la llamada del presidente: usted se queda en el país, hay obligaciones que cumplir y medio gobierno no puede irse al exterior. Los smokings y trajes largos volvieron al armario y a oler la naftalina.