Posición de inversión internacional del país
Cómo el endeudamiento externo está deteriorando la posición financiera del país

El Banco Central publica desde hace tiempo en su página web los datos de la posición de inversión internacional de la República Dominicana. Es una información valiosa y de interés general.
La posición de inversión internacional "mide el valor de los activos financieros de los residentes de un país frente a no residentes (activos externos: inversiones en el exterior o depósitos en moneda extranjera) y sus pasivos financieros con ellos (pasivos externos: inversión extranjera directa o de cartera), en un momento determinado".
Es una lástima que no haya estadísticas disponibles para años anteriores al 2005, aunque sí existe la certeza de que en esos tiempos la posición de inversión internacional era más robusta que la exhibida en los últimos cuatrienios.
Y la razón es que, sobre todo en los gobiernos de Joaquín Balaguer (lo cortés no quita lo valiente), hubo un freno premeditado al endeudamiento con el exterior proveniente de la propia cabeza del gobierno, lo cual empezó a cambiar cuando la clase gobernante descubrió que para endeudarse con facilidad y recibir desembolsos rápidos solo había que aprobar y emitir bonos soberanos, en vez de cumplir con requisitos de contrapartidas, supervisión y de otra índole, exigidos por los organismos internacionales de financiamiento y demás prestamistas.
A partir de esos años, en concreto del 2002, se perdió el miedo casi atávico de acudir al endeudamiento externo, temor anclado en el recuerdo de que la colocación de bonos en los mercados internacionales llevó al país, por incumplimiento en su servicio, a la pérdida progresiva de su autonomía en el manejo financiero y posteriormente a la de su soberanía.
¿Qué muestran los números de la posición internacional de inversión?
En primer lugar, en el período transcurrido desde el año 2005, inicio de estas estadísticas, hasta el 2024, la posición de inversión internacional siempre ha sido negativa. Es decir, el monto de los activos con el exterior ha estado por debajo del correspondiente a los pasivos contraídos. El país es deudor neto. Y hasta cierto punto es razonable que así sea, pues hay insuficiencia de capitales (alta propensión al consumo y baja tasa de ahorro) y existe la necesidad de adquirirlos en el exterior para financiar la inversión productiva o impulsar al alza la tasa de ahorro.
En segundo lugar, la posición de inversión neta (Activos financieros con el exterior menos pasivos) se ha deteriorado sensiblemente, cada año un poco más. En efecto, de un monto de -US$12,697 millones en 2006 pasó a- US$74,257 en 2024. Desde la perspectiva del 2024 la deuda neta con los extranjeros empeoró (se incrementó) en 5.8 veces con respecto a la que existía en 2006.
En tercer lugar, es significativo y llama la atención que el fuerte aumento experimentado por los pasivos internacionales se relaciona básicamente con el incremento del endeudamiento del sector público, cuya deuda (títulos y préstamos) se incrementó desde US$9,858 millones en 2009 a US$41,279 en 2024. Este incremento no tiene nada que ver con la atracción de capitales para inversión, sino con los desbalances existentes en las finanzas públicas, y en muchos casos con deuda contraída y títulos colocados en los mercados internacionales para financiar gastos corrientes, lo cual no se corresponde con la buena práctica presupuestaria.
En cuarto lugar, en los últimos años se ha registrado un fuerte incremento en activos internacionales, colocados sobre todo en la forma de depósitos en el exterior, pero también de acumulación de reservas internacionales. Y ese es un magnífico dato, alentador. Desafortunadamente, los activos de reservas del país quedaron congelados en 2024 al nivel alcanzado en 2021, después de haber experimentado incrementos anuales significativos entre 2006 y 2021.
En quinto lugar, y esto último también tiene una connotación positiva, la inversión extranjera directa se incrementó desde US$17,693 en 2009 hasta US$62,099 millones en 2024, en parte explicada por la reinversión de utilidades. No obstante, conviene aclarar que parte de esta inversión se coloca en sectores no generadores de divisas, verbigracia la banca, inmobiliario, transporte, otros. Eso obliga a que el flujo de inversión extranjera anual tenga que aumentar muy sustancialmente para poder contrarrestar el de salida por utilidades devengadas, o, en su defecto, a que los activos internacionales del país eleven sustancialmente su rendimiento.
De lo señalado se desprende la necesidad de que el país adopte decisiones puntuales para fortalecer su posición de inversión internacional.
El país es deudor neto. Y hasta cierto punto es razonable que así sea, pues hay insuficiencia de capitales (alta propensión al consumo y baja tasa de ahorro) y existe la necesidad de adquirirlos en el exterior para financiar la inversión productiva o impulsar al alza la tasa de ahorro.