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Una pregunta incómoda sobre educación

Heckman y la clave olvidada ¿por qué la educación inicial rompe la pobreza?

La evidencia empírica internacional demuestra la relevancia de la educación inicial en el desarrollo cognitivo, lingüistico, psicomotor y socioemocional de los niños y en su posterior desarrollo académico y profesional. Ese reconocimiento ha llevado a los gobiernos a incorporar el nivel inicial, que abarca la atención y educación desde cero hasta los seis años,  como un elemento esencial de las políticas públicas orientadas al desarrollo humano.

James Heckman, profesor de la Universidad de Chicago, ha aportado valiosos análisis sobre el impacto de la educación inicial en la calidad de vida. El premio Nobel de Economía sostiene que "muchos de los problemas económicos y sociales más importantes como el crimen, el embarazo en adolescentes, el abandono escolar antes de finalizar el bachillerato y las condiciones adversas de salud pueden tener su origen en bajos niveles de calificación y habilidad en la sociedad." En consecuencia, resulta imprescindible adoptar medidas que aseguren la adquisición temprana de conocimientos, de modo que esta favorezca el desempeño escolar y eleve la probabilidad de obtener ingresos más altos en el futuro.

Diversos estudios empíricos realizados en los Estados Unidos revelan que en el kínder los niños pertenecientes al estrato socioeconómico más bajo obtienen calificaciones cognitivas promedio 60 % inferiores a las de los niños del grupo más acomodado. Según Heckman, una política enfocada en la educación inicial puede evitar la brecha del rendimiento escolar, dado que las diferencias en conocimientos y habilidades entre estudiantes en situación de desventaja y los más favorecidos empiezan a muy temprana edad y persisten a lo largo de sus vidas.

Los programas de educación temprana reducen la probabilidad de repetir curso, ya que promueven habilidades muy valiosas. En ese sentido, Heckman sostiene que invertir en dichos programas es económicamente más eficiente que tratar de cerrar esa brecha a edades más avanzadas. Asimismo, se ha demostrado que dichas intervenciones educativas se asocian con mayores ingresos a lo largo del ciclo vital, lo que repercute favorablemente en el crecimiento del producto interno bruto (PIB).

En la República Dominicana, la cobertura de la educación inicial es baja. Aun cuando la Estrategia Nacional de Desarrollo 2030 reconoce ese nivel educativo como un componente clave para el desarrollo humano y la equidad y, por tanto, establece su obligatoriedad desde los tres años, en 2024 la cobertura del segundo ciclo de educación inicial (de tres a los seis años) fue de un 61.1 %. En el caso del primer ciclo (de cero a dos años y once meses), la cobertura neta se sitúa en apenas un 7.1 %. Durante el curso 2023-2024, la cantidad de estudiantes matriculados en el nivel inicial ascendió a 383,400 niños, de los cuales casi el 90 % correspondía al segundo ciclo.

Las familias de clase media y alta son, en mayor  proporción, las que envían a sus hijos a los centros de educación inicial a edades más tempranas. Se ha demostrado empíricamente que los padres con mayor escolaridad, en especial los universitarios, tienden a inscribir más temprano a sus hijos en la escuela. En contraste, la mayoría de los niños provenientes de hogares de bajos ingresos inician sus estudios en la oferta pública de educación primaria a partir de los cinco años.

En base a un modelo econométrico elaborado por el autor de esta columna, se puede proyectar la edad de entrada al sistema educativo formal. Una niña, cuya madre fue una adolescente sin estudios universitarios, comenzaría su educación a los cinco años. En contraste, una niña, hija de una mujer universitaria de 26 años, sería escolarizada alrededor de los tres años.  El ingreso tardío en la escuela está estrechamente vinculado a las condiciones económicas de la familia. Los hogares pobres retardan la entrada de sus hijos en la escuela, lo que tiende a perpetuar la pobreza en la sociedad dominicana.

Los estudiantes presilábicos, que ingresan a primero de Básica con seis años o más, suelen presentar deficiencias severas que les impiden seguir el ritmo de aprendizaje de aquellos compañeros que han tomado ya varios cursos de educación inicial. Esa situación constituye un grave problema de injusticia social con efectos intertemporales perversos.

En la República Dominicana, se ha comprobado que la educación inicial aumenta el rendimiento escolar -medido por las calificaciones promedio-, reduce la tasa de abandono escolar e influye positivamente sobre la expectativa de realizar estudios universitarios o técnicos especializados, cuyo retorno es superior al que genera la formación preuniversitaria. Ello implica que la ausencia de la educación a temprana edad para los segmentos más pobres tiende a provocar un aumento de la desigualdad de ingresos entre los más ricos y los más pobres. Dado que con un mayor nivel educativo se obtienen ingresos más elevados, un niño sin educación inicial que proviene de un hogar pobre presenta mayor probabilidad de convertirse en un adulto pobre, con ingresos cercanos a los salarios mínimos. De esta manera, se perpetúa el círculo vicioso de la pobreza.

La cuantificación del impacto de la educación inicial sobre el desempeño escolar y sobre la expectativa de cursar estudios universitarios o técnicos especializados debería llevar a las autoridades a diseñar mejores políticas de educación pública y a optimizar el uso del presupuesto educativo en favor del desarrollo de la República Dominicana.

Dada la restricción presupuestaria del Gobierno dominicano, resulta imprescindible llevar a cabo un análisis costo-beneficio riguroso que permita determinar la distribución óptima de los recursos públicos por cada nivel educativo, con el fin de maximizar a lo largo del tiempo el bienestar de la sociedad. Surge entonces una pregunta incómoda: si el resultado de ese análisis revela que, en el largo plazo,  el beneficio de la inversión en educación inicial con recursos públicos es mayor al que se obtiene con la inversión en el nivel educativo superior, ¿estarían dispuestos los gobernantes a reorientar recursos a favor de la niñez, aun cuando ello implique reducir el presupuesto de la Universidad Autónoma de Santo Domingo?

TEMAS -

Economista y matemático. Graduado de la Universidad de Chicago y doctorado en Economía de la Universidad de Barcelona. Profesor de Economía Matemática.