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El regreso del halcón

El FMI respalda la política monetaria dominicana pero advierte riesgos crecientes

La tarea del Banco Central de la República Dominicana es compleja. Su objetivo principal consiste en preservar la estabilidad de precios a través de medidas monetarias que podrían resultar, en el corto plazo, incompatibles con un elevado ritmo de crecimiento económico. Para obtener buenos resultados, es recomendable que conserve su independencia, de manera que los gobernantes no lo vean como una institución capaz de alcanzar múltiples objetivos simultáneamente. Cuando se cede a la ilusión de que puede lograrlo todo, el desenlace casi seguro es el fracaso.  

La semana pasada, el Banco Central tomó una decisión acertada y valiente. En el comunicado de política monetaria se informó que el indicador mensual de actividad económica (IMAE) registró un crecimiento acumulado de un 2% en los primeros diez meses de 2025, lo que implica que en octubre apenas subió un 0.2%. Con esos datos, es previsible que el año concluya con una tasa de crecimiento del producto interno bruto (PIB) situada entre un 1.8% y un 2.1%. A pesar de ese entorno, las autoridades mantuvieron inalterada la tasa de interés de referencia en un 5.25% anual. 

La decisión pone de manifiesto la preocupación del Banco Central por las “recientes presiones inflacionarias.” En el cuatrimestre julio-octubre, la tasa de inflación general subió a un ritmo anualizado de un 6.1%. Esa variación se explica en gran parte por el aumento de los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas, que en términos anualizados supera el 11%. A su vez, la tasa de inflación subyacente (que mantiene una relación estrecha con la política monetaria), anualizada de acuerdo con los cuatro meses más recientes, alcanzó un 5.4%. Dado que ambas tasas de inflación se colocan por encima del límite superior del rango meta de inflación que va del 3% al 5%, es comprensible y correcto que se haya mantenido inalterada la tasa de interés de referencia.  

Con el objetivo de aumentar la eficiencia de la política monetaria, resulta indispensable que el organismo emisor mantenga la consistencia de su mensaje contra la inflación. Justo después de dar a conocer la existencia de presiones inflacionarias, en el comunicado de política se remarcó que “los niveles de liquidez se mantendrán elevados, lo que seguirá contribuyendo a condiciones financieras favorables.” Los agentes económicos podrían percibir esa declaración como la existencia de un entorno monetario incompatible con la estabilidad de precios

Durante su última visita al país, en el marco de la Consulta del Artículo IV, el Fondo Monetario Internacional (FMI) afirmó que la postura de la política monetaria es “en términos generales apropiada.” Según sus estimaciones, la tasa de interés de referencia del Banco Central de un 5.25% se ubica en términos reales entre un 1% y un 2%, que es el nivel de la tasa de interés real neutral; es decir, la que sostiene la economía en equilibrio sin estimular demasiado el crecimiento económico ni frenarlo en exceso. Sin embargo, si se considera la tendencia al alza de la tasa de la inflación, se concluye que las condiciones monetarias se encuentran en un territorio que puede presionar hacia arriba los precios de bienes y servicios. Por ello, cobra una enorme relevancia que las autoridades evitasen dar una señal de flexibilización monetaria y mantuvieran fija la tasa de referencia. 

En el reporte del Artículo IV, el FMI recomendó a las autoridades fortalecer el mecanismo de transmisión de la política monetaria para normalizarla y respaldar el crecimiento económico. En ese sentido, conviene destacar que las medidas excepcionales con tasas de interés subsidiadas que se aplicaron desde marzo de 2020, descritas con mucho detalle en el Recuadro No. 1 del citado informe, elevaron la volatilidad de diversas variables macroeconómicas, entre las que se destaca el tipo de cambio. El zigzagueo monetario, caracterizado por inyecciones masivas y retiros de liquidez, generó incertidumbre y debilitó el mecanismo de transmisión de la tasa de política monetaria hacia la tasa de interés activa, lo que deterioró la capacidad de impulsar el crecimiento del PIB. 

El episodio más reciente de política monetaria no convencional se registró a partir de junio de 2025, mediante la colocación de 81 mil millones de pesos a tasas de interés subsidiadas del 9% y la reducción de 50 puntos básicos de la tasa de interés de política monetaria. Entre junio y noviembre, la tasa de interés pasiva promedio ponderado cayó en 366 puntos básicos y se colocó en un 6.03%. Sin embargo, la tasa de interés activa, la que influye sobre la inversión y el consumo, solo descendió 111 puntos básicos y se situó en un 13.66%. El comportamiento de ambas tasas se tradujo en un aumento significativo del margen de intermediación bancaria. 

La resistencia a la baja de la tasa de interés que se aplica sobre los préstamos guarda una estrecha relación con la incertidumbre del tipo de cambio. A mayor volatilidad cambiaria, menor influencia tiene la tasa de política monetaria sobre la tasa de interés activa y, por tanto, se mantiene más alta de lo necesario. Esa circunstancia lleva al FMI a señalar que el restablecimiento del mecanismo de transmisión “requerirá una reducción gradual de estas medidas excepcionales y un mayor énfasis en instrumentos más convencionales para garantizar una adecuada liquidez en el mercado.” Para el desmonte de dichas medidas de liquidez, la institución internacional recomienda, entre otras acciones, promover el funcionamiento del mercado interbancario y de las operaciones de “repo,” revisar el marco de requerimientos de encaje para que las entidades de intermediación financiera tengan mayor flexibilidad en la gestión de liquidez y mejorar la coordinación con el gobierno en la emisión de instrumentos de deuda pública. Todo ello debe acompañarse de una estrategia de comunicación que facilite a los bancos su gestión operativa y de liquidez. 

En definitiva, es probable que haber mantenido sin cambios la tasa de interés de política monetaria, en espera de la evolución de la tasa de inflación, sea una señal de que volverán a adoptarse medidas operativas convencionales más conservadoras y coherentes con el esquema de metas de inflación. De confirmarse ese comportamiento, el halcón monetario habrá regresado al piso 12 del Banco Central

TEMAS -

Economista y matemático. Graduado de la Universidad de Chicago y doctorado en Economía de la Universidad de Barcelona. Profesor de Economía Matemática.