La hora vital

Justo ahora que nuestro país entra en una etapa política de profundización de los cambios institucionales y materiales impulsados por el presidente Abinader en su primer cuatrienio, pienso que procede establecer un proyecto que responda a la necesidad y al clamor de muchos dominicanos.

Se trata de un programa de educación ciudadana que sería un enlace entre las instituciones del Estado y la sociedad, para fortalecer nuestra identidad nacional y nuestra cultura a través de la difusión de los componentes y variantes que la integran, promoviendo la inclusión, el respeto, la tolerancia y el reconocimiento de las diferencias en todas sus expresiones.

Además, se promocionaría la historia nacional, la educación, la agricultura, el medio ambiente, la salud y los valores cívicos que conforman la dominicanidad.

Entiendo, aunque no lo he verificado, que existen organizaciones locales (ONG) que se ocupan del tema de la educación ciudadana, lo cual es loable y debe ser continuado.

El programa que proponemos se transmitiría diariamente por todas las radioemisoras que componen el espectro radial de nuestro país. La producción podría estar a cargo de un equipo especializado del Ministerio de Cultura. El Instituto Dominicano de Telecomunicaciones (INDOTEL) tendría a su cargo la coordinación y supervisión del cumplimiento acordado con las radioemisoras.

En esencia, en cada radioemisora del espectro radiofónico, el gobierno tendría disponible 60 minutos diarios, pero no corridos, sino que serían usados en espacios cuya duración y horario serían determinados por la producción, sin que ningún segmento dure más de diez minutos, en los que se difundirán mensajes de contenido cívico a lo largo de la programación en el horario de seis de la mañana a doce de la noche.

Un programa como el que proponemos se enfocaría en contribuir a formar ciudadanos informados, críticos y responsables, capaces de entender y defender sus derechos, así como cumplir sus deberes dentro de la comunidad.

Mediante la educación ciudadana, las personas aprenden a involucrarse en los asuntos públicos respetando la diversidad y valorando la importancia del diálogo y la convivencia pacífica.

Uno de los aspectos más trascendentes de un programa de esta naturaleza consiste en fomentar la conciencia cívica, que implica el conocimiento y entendimiento de los valores y principios que sustentan la vida en comunidad, como la justicia, la igualdad, la libertad y el respeto por los derechos de los demás.

Programas similares al propuesto existen en otros países. En México, por ejemplo, se inició en julio de 1937, durante el gobierno de Lázaro Cárdenas, difundiendo mensajes y contenido de interés general.

La diferencia con nuestra propuesta es que La Hora Nacional de México es un programa de una hora que se transmite a las 10 p.m. todos los domingos. Es una obligación establecida por ley.

El programa mexicano ha evolucionado mucho. En la década de 1960, *La Hora Nacional* se convirtió más en un programa de revista de radio, con dramatizaciones de hechos. A partir de 2023, invitan a historiadores a relatar hechos importantes de la historia de México.

Incluso, según las informaciones disponibles, a partir de 1987, la segunda mitad del programa se produce por cada uno de los estados y se transmite dentro de cada estado. Actualmente, 27 de las 32 entidades federativas mexicanas producen sus propias medias horas.

Tenemos suficiente talento nacional para producir y manejar un programa de esta magnitud, cuyo contenido deberá ser evaluado cada cierto tiempo para, sobre la base de resultados, ajustar su desarrollo y efectividad.

El nombre apropiado no es necesariamente el usado en el título de este artículo. La idea está lanzada.

Luis González Fabra