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No es eterna la memoria corta

De la dictadura a la democracia, el camino dominicano tras Trujillo

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No es eterna la memoria corta
Aunque el país ha progresado en libertades y estabilidad, gobiernos anteriores no resolvieron problemas clave como la electricidad, salud, educación y transporte, que siguen siendo desafíos pendientes. (DIARIO LIBRE/FÉLIX LÉON)

Afortunadamente, después de la decapitación de la sangrienta y cruel dictadura del general Rafael Leónidas Trujillo Molina, en un heroico 30 de mayo de 1961, la República Dominicana borró por completo la figura de "partido único" que predominó durante esos fatídicos años.

A partir de ahí nacieron varias organizaciones políticas, siendo las más destacadas el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), que había sido fundado en Cuba por un grupo de exiliados criollos encabezados por el profesor Juan Bosch, y la Unión Cívica Nacional, liderada por el doctor Viriato Fiallo.

El surgimiento de esas entidades y otras posteriormente originó una alternancia en el poder que desde entonces ha sido el fértil abono para el crecimiento y fortalecimiento de nuestra democracia, la cual trae consigo desarrollo económico y social de la nación, que hoy emerge como una de las más fortalecidas en la región en materias de libertades públicas y progreso en sentido general.

Desde 1961 hasta la fecha, el Palacio Nacional, el Congreso Nacional y los diferentes municipios han visto desfilar a diferentes inquilinos procedentes de los Partidos Reformista Social Cristiano, Revolucionario Dominicano, de la Liberación Dominicana y finalmente del Revolucionario Moderno, este último el más novel de los antes mencionados y que en un tiempo récord llevó a Luis Abinader, uno de sus fundadores, a sentarse en la "silla de alfileres", como definió el presidente Joaquín Balaguer en una oportunidad a la silla presidencial.

Esa rotación de partidos gobernantes es el principal motor de que hoy el país pueda exhibir a un presidente en ejercicio, más tres expresidentes en pleno ejercicio político, entre los cuales el doctor Leonel Fernández Reyna ha gobernado la República por 12 años, y el licenciado Danilo Medina Sánchez por 8 años. El expresidente Hipólito Mejía Domínguez, el tercer gobernante, permaneció 4 años como jefe del Estado. Otros gobernantes destacados de la era post-Trujillo fueron el doctor Balaguer, 22 años; don Antonio Guzmán Fernández, 4 años; y el doctor Salvador Jorge Blanco por un período también de 4 años. Todo esto habla muy bien de nuestro desarrollo democrático, económico e institucional del país.

El PRSC, PRD, PLD y el PRM y todos sus aliados, de una u otra forma son responsables de las bondades que hoy nos colocan como una de las naciones más prósperas y pujantes de la región, y siendo justo reconocer que uno de los mayores empujones hacia el sitial donde hoy estamos lo ha dado el actual presidente Luis Abinader, quien sobresale como desarrollador de varios renglones vitales, como es el auspiciador del milagro alcanzado en el sector turismo y que nadie puede regatear.

Pero también los partidos que gobernaron primero que el PRM, aunque hicieron sus aportes al proceso democrático y desarrollo nacional, deben hacer sus "mea culpa" por no haber podido resolver de manera definitiva ninguno de los problemas fundamentales que hoy todavía seguimos discutiendo en este país como si fueran nuevos: electricidad, salud pública, agropecuaria, educación pública, transporte, entre otros.

Al día de hoy, tantos años después, estos problemas, entre otros, siguen vigentes, y algunos peores, y por lo tanto esos gobiernos le han fallado al país. Lastimosamente hay que reconocerlo.

Si revisamos la historia reciente, de fácil acceso en esta época de internet, comprobaríamos fácilmente que la mayoría de los problemas de este país cuya solución reclama la oposición, todos o casi todos existían a su paso por el poder y no fueron resueltos, por la razón que fuese. Ahora se denuncian como nuevos y se responsabiliza al gobernante de turno. Pero pienso que no siempre se puede apostar a la supuesta memoria corta de los dominicanos en tiempos de elecciones.

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