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La falta de uniformidad en la interpretación jurídica: un reto constante para la seguridad jurídica

Cuando el derecho depende de quién lo interprete

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La falta de uniformidad en la interpretación jurídica: un reto constante para la seguridad jurídica
La falta de uniformidad en la interpretación del derecho afecta su aplicación y la seguridad jurídica. (SHUTTERSTOCK)

En el ejercicio diario del derecho, los abogados, jueces y ciudadanos se enfrentan a una realidad que muchas veces se quiere ignorar: no existe una interpretación jurídica uniforme. El derecho, lejos de ser una ciencia exacta, se construye a través de múltiples lecturas, contextos, valores e intereses. Lo que para un juez representa una norma clara, para otro puede ser ambigua o inconstitucional. Y lo que un tribunal interpreta de una forma hoy, mañana puede revertirse.

Esta realidad pone sobre la mesa un debate fundamental: ¿hasta qué punto podemos hablar de seguridad jurídica cuando la interpretación de la norma cambia según el intérprete?

El texto legal no es suficiente

La ley escrita es apenas el punto de partida. Su interpretación depende de factores como:

  • La formación del juez.
  • La corriente jurídica que predomina (legalista, garantista, constitucionalista, entre otras).
  • El contexto político y social del momento.
  • La evolución jurisprudencial.

Por eso, el mismo artículo de una ley puede producir decisiones radicalmente opuestas según el tribunal que lo juzgue. Esto no solo genera inseguridad jurídica, sino también desigualdad ante la ley.

El constitucionalismo y la apertura interpretativa

Con la entrada en vigor de la Constitución del 2010 en la República Dominicana, se consolidó un modelo de Estado constitucional de derecho, que desplaza la visión positivista donde el juez era simplemente "boca de la ley", y le otorga un rol activo en la interpretación conforme a la Constitución y los derechos fundamentales.

Este nuevo paradigma abrió la puerta al control difuso de constitucionalidad y al fortalecimiento de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional como fuente primaria del derecho. Sin embargo, también profundizó el problema de la falta de uniformidad: hoy más que nunca los jueces interpretan con mayor libertad, pero también con mayor disparidad.

¿Dónde queda el principio de predictibilidad?

Uno de los pilares del derecho es la seguridad jurídica, que implica que los ciudadanos deben poder prever las consecuencias jurídicas de sus actos. Pero en un escenario donde no hay interpretación uniforme, esta previsibilidad se reduce.

Hoy, dos tribunales del mismo grado pueden decidir de manera opuesta un caso con hechos similares. Y ni hablar de las diferencias entre tribunales ordinarios y el Tribunal Constitucional. Esta realidad fragmenta el sistema y debilita la confianza en la justicia.

¿Qué camino debemos tomar?

La solución no está en volver a un modelo rígido y literalista. El derecho debe evolucionar y responder a las necesidades sociales. Pero sí es urgente que:

  1. Se fortalezcan los mecanismos de unificación jurisprudencial, especialmente desde las Altas Cortes.
  2. Se incentive la publicación y difusión de decisiones claves, para que los operadores jurídicos tengan referencias claras.
  3. Se respeten los precedentes vinculantes, como vía para evitar contradicciones graves.
  4. Y sobre todo, que los jueces asuman su rol con responsabilidad, sabiendo que su interpretación construye realidad.

Conclusión

La falta de una interpretación uniforme no es solo un problema técnico. Es un desafío ético, institucional y democrático. Interpretar no es distorsionar, ni imponer visiones personales. Interpretar es construir puentes entre la norma y la justicia, entre el texto y la vida. En esa tarea, todos jueces, abogados y ciudadanos estamos llamados a contribuir, pero también a exigir coherencia, transparencia y responsabilidad.

TEMAS -

Abogado con una sólida formación en Derecho, licenciado por la Universidad Tecnológica de Santiago (UTESA) y con un postgrado en Derecho Procesal Constitucional de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Ha complementado su educación con numerosos cursos y diplomados, participando en congresos y seminarios internacionales. En su trayectoria laboral, ha trabajado en reconocidas firmas de abogados y actualmente presta servicios en N & G Asociados.