La salida de Pepe Vila
A mí me cayeron bien Pepe Vila y su plan de reformar la Policía Nacional (PN), visión que no comparte el 99 % de los integrantes de ese cuerpo de seguridad pública
A mí me cayeron bien Pepe Vila y su plan de reformar la Policía Nacional (PN), visión que no comparte el 99 % de los integrantes de ese cuerpo de seguridad pública.
Su salida del puesto de comisionado de la reforma policial no me sorprende, más bien me hace pensar que mucho duró y bastantes logros tuvo, pues las oportunidades que se le daban de lograr avances eran nulas en un cuerpo acostumbrado a las malas prácticas policiales, desde el macuteo hasta la violación de derechos civiles.
Pepe Vila tuvo en el director general de la PN, Eduardo Alberto Then, a un aliado incondicional que también creía en la reformulación de los oficiales y en el mejoramiento de las herramientas para combatir la delincuencia. Hicieron, por así decirlo, el dúo dinámico, una suerte de Batman y Robin que contó con el apoyo de un grupo de oficiales valientes, que también querían cambiar las cosas en la PN a todos los niveles, incluyendo la cúpula.
Cuando Eduardo Alberto Then cumplió sus dos años al comando de la PN y el mayor general Ramón Antonio Guzmán Peralta asumió en noviembre pasado como director general, era previsible que el clima con la reforma policial cambiaría. Y se ha notado, comenzando porque la PN ha entrado en una suerte de ostracismo informativo que deja mucho que desear. De la PN no se sabe nada, tampoco de la delincuencia, y no recuerdo el tono de voz del Mayor General al hablar, porque no lo hace en público.
Es normal pensar, por lo tanto, que la química con Pepe Vila debe haber sido nula, así que su salida como comisionado es lógica, porque, para qué quedarse en un sitio donde no se es bienvenido.
Pepe Vila, con quien he hablado dos veces en mi vida, por si acaso, es un gran recurso para el proceso de reforma y su salida es una pérdida para el país, así como un retroceso. Encontrar un recurso como él no será sencillo, porque entrarle de frente a cambiar las malas costumbres de décadas en la PN no es tarea sencilla y hay que tener muchos timbales. Espero que alguien se ofrezca y que sean igual de capaz que Pepe, porque sino estamos embarcados.