Los abuelos
Cómo los abuelos enseñan sin regañar
Uno no debería tener hijos, deberíamos tener nietos. Eso lo escuché alguna vez de uno de los cerebros mejor amueblados que he tratado, y creo que no estaba tan errado. Lo veo en mis hijos y sobrinos y sus abuelos.
Porque a los nietos, lo sé por experiencia, se les quiere distinto, se les quiere sin la culpa de haberlos criado, sin el cansancio, sin las deudas pendientes de la juventud.
Los abuelos perdonan con amor inusitado los exabruptos de la niñez y las insolencias de la adolescencia de los nietos.
Por eso hay abuelos y abuelas que, en lugar de regañar, hacen pactos. Como aquella que encontró a su nieto derrotado tras quemarse cuatro veces en inglés. La madre, frustrada. El niño, avergonzado. Pero la abuela le habló con cariño: "Enfócate, mi hijo. Hazlo por ti... y por mí también". Le advirtió que su mamá no era "fácil", y sellaron un secreto entre los dos. El muchacho lo intentó otra vez. Esta vez, con motivación distinta. Aprendió. No porque se lo exigieron, sino porque se sintió comprendido.
Hay abuelas que son válvula de escape. Que no juzgan, solo preguntan con esa frase que desarma a cualquiera: "Ven acá, mi hijo, ¿qué te pasa?". No importa si el nieto tiene trece años o si llega de trabajar con la espalda doblada por el tráfico y "el explote" de un viernes cualquiera. Los abuelos entienden el cansancio sin explicaciones, y saben que a veces una conversación breve y un juguito en la mano hacen más que un año de terapia.
No necesitan títulos para ser sabios. Ni doctores ni másters. Solo saben cuándo hablar, cuándo callar, y cuándo soltar un chiste como broche de oro para una conversación difícil.
Quizás por eso uno no debería tener hijos, sino nietos. Porque a los nietos se les quiere distinto, y los abuelos que los entienden logran milagros: que un niño aprenda inglés sin entender por qué, que un adulto respire mejor solo por contarle su semana a quien no necesita decirle que lo quiere. Ya se sabe.
Así es el cariño pulido por los años: liviano, leal y eterno.