Los más sucios awards
El país parece empeñado en ganarse un premio que nadie en su sano juicio querría recibir
Diario Libre publicó el documental "Ríos dominicanos: caudales en agonía", una radiografía del crítico estado de los afluentes de los que todos nosotros sacamos el agua que nos bebemos, y hacia donde descargamos las aguas que desechamos.
Puse especial atención a los comentarios que generaban las publicaciones en redes. No me sorprendió el resultado. Se puede decir que de forma casi unánime atribuimos a terceros la responsabilidad. Nadie se acusa así mismo a pesar de que los ríos están llenos de basura producida por ciudadanos.
Claro que hay mafias que han convertido a los ríos en canteras y minas de extracción de materiales que cuentan con el apoyo de los Gobiernos de turno. Y no son los obreros que se les ve cargando materiales; son los ricos que viven en zonas exclusivas del país. Pero no nos llamemos a distracción, la responsabilidad es colectiva.
Los dominicanos somos, por ausencia de educación y de civismo, armas que disparan desperdicios. Con el peligro de que además estamos incrementando nuestro poder adquisitivo. Esto se refleja en la cantidad de desechos electrónicos, baterías, aceites, ácidos y plásticos, artículos desechables, la basura cuenta la historia.
El país parece empeñado en ganarse un premio que nadie en su sano juicio querría recibir. Y, sin embargo, aquí estamos, listos para entregar los galardones a los más sucios. "Los más sucios awards", un reconocimiento al esfuerzo colectivo por convertir el país en un vertedero al aire libre.
Si de mí dependiera nominar a los más sucios tengo dos: el sector Los Ríos en la avenida Juan María Lora Fernández. La avenida es un punto de descarga constante. Mi otro candidato es el barrio Enriquillo, en la autopista Duarte, en la entrada a la capital y justo debajo de la Línea 2C, un sector donde la acumulación de basura causa arcadas. ¿Y usted amable lector qué lugares nominaría?

Omar Santana