Los avances de la ciencia sobre el clima de COP a COP
La ciencia proporciona el conocimiento sobre el cambio climático y sus causas
La ciencia proporciona el conocimiento sobre el cambio climático y sus causas. Desde la COP28 a la 29, que se celebra en Bakú, los investigadores han aportado nuevos datos sobre las consecuencias presentes y futuras de un calentamiento global que se deja notar de forma innegable.
Entre las dos reuniones de la Cumbre del Clima, el mundo ha vivido eventos extremos como la dana que ha dejado en España más de 200 muertos; veranos de temperaturas récord y olas de calor en invierno; grandes incendios en Brasil o Grecia, huracanes como Milton en Estados Unidos o tres tifones en Taiwán en mes y medio.
Los científicos han dedicado buena parte de sus esfuerzos este año a estudiar los efectos del cambio climático. "Se confirma que los impactos actuales son ya importantes y que se van a seguir produciendo. Estos serán más intensos si seguimos incrementando sus causas", dice a EFE la directora del Centro Vasco de Investigación sobre el Cambio Climático (BC3), María José Sanz.
Los estudios ya apuntan a que los eventos meteorológicos extremos van a ser más frecuentes e intensos, aunque en el caso de los destrozos de la dana haya que tener en cuenta también otros elementos como las actuaciones que se realizan en el territorio o la ocupación de los cauces secos, agrega.
La colaboración académica World Weather Attribution (WWA) ha publicado dos análisis rápidos, que no son estudios científicos completos, uno sobre la dana de hace tres semana en España, y señala que las lluvias fueron un 12 % más fuertes y el doble de probables en comparación con el clima anterior al periodo preindustrial.
La red también analizó el huracán Milton, que debido al cambio climático aumentó un 10 % la fuerza de los vientos e incrementó las lluvias entre un 20 y un 30 %.
Sanz explica que, en general, este año ha habido más estudios en temas de adaptación y ya se está considerando que esta, junto a la mitigación, "debe considerarse de forma más integrada en las acciones climáticas, siendo particularmente importante en las soluciones a escala subnacional y local".
Los científicos también han considerado las razones del mayor incremento de la temperatura, "entre las que se barajan la influencia de un El Niño más fuerte y una disminución de los aerosoles en el hemisferio Norte, que -dice la científica- podría estar enmascarando el incremento de la temperatura hasta ahora".
Cuando la COP29 comenzó sus trabajos, el pasado día 11, la Organización Meteorológica Mundial indicó que entre enero y septiembre la temperatura media del planeta superó en 1,54 grados los niveles preindustriales, con lo que va camino de ser el más cálido jamás registrado.
Esto no significa -precisa Sanz- un fracaso en el objetivo del Acuerdo de París (limitar el calentamiento global por debajo de 2 grados, preferiblemente a 1,5), pues a largo plazo (tres décadas) se mantiene por debajo, aunque cada fracción de grado importa por su impacto en la intensidad de los fenómenos climáticos extremos.
Un aspecto científico con cada vez más relevancia es la "importancia creciente de la observación sistemática", que es fundamental -dice- para la mejora y validación de los modelos climáticos predictivos.
Y cita como ejemplo los esfuerzos de monitorización de la evolución del ciclo de carbono global, que se materializa en estimaciones anuales sobre la emisiones globales de CO2.
Esta misma semana, el informe Gobal Carbon Budget para 2024, con la participación de 119 científicos, señaló que las emisiones totales alcanzarán 41.600 millones de toneladas, un nuevo récord que muestra que el mundo aún no ha llegado al pico de contaminación.
El Informe Charney, publicado hace más de 40 años, fue la primera evaluación exhaustiva sobre el cambio climático mundial debido al dióxido de carbono. Entonces, muchos pensaban que esos efectos eran algo con lo que tendrían que lidiar, en todo caso, sus nietos. Ahora, es un problema de presente.
Un reciente estudio sobre las olas de calor registradas en 2022 y 2023 en el Mediterráneo occidental mostraba entre sus conclusiones que los fenómenos extremos que antes se proyectaban para finales del siglo XXI ya están ocurriendo.
Uno de los factores que impulsaron esas olas de calor fue el rápido aumento de las temperaturas del océano Atlántico y del Mediterráneo.
Los océanos están sufriendo "un calentamiento cada vez más rápido" y la extensión del hielo marino ha descendido hasta alcanzar, en febrero de 2023, el mínimo anual desde que existen registros, "probablemente asociado al calentamiento del océano Antártico, destaca Sanz en relación a otras investigaciones.
Un estudio publicado este mes sobre la contaminación de los aviones privados, apunta la paradoja de que la COP28 de Dubai, para acordar soluciones frente al cambio climático, generó unos 4.800 toneladas de CO2 con 644 vuelos privados.
La ciencia "indica que aún estamos a tiempo" de evitar un punto de no retorno, pero queda poco tempo, incide Sanz. "El esfuerzo y los impactos se irán haciendo mayores si no aceleramos las acciones ya", concluye.