La NASA reactiva propulsores de Voyager 1 inactivos desde 2004
Las Voyager 1 y 2 se lanzaron en 1977 y se desplazan por el espacio interestelar a unos 56,000 km/h

Ingenieros del Laboratorio de la NASA han reactivado un conjunto de propulsores a bordo de la sonda Voyager 1, que navega por el espacio interestelar, considerados inoperativos desde 2004.
El equipo quiere tenerlos disponibles como respaldo para un conjunto de propulsores activos cuyos tubos de combustible están experimentando una acumulación de residuos que podría provocar su inactividad este mismo otoño.
Además, la misión necesitaba garantizar la disponibilidad de los propulsores, inactivos durante mucho tiempo, antes del 4 de mayo, fecha en que la antena terrestre que envía comandos a la Voyager 1 y a su gemela, la Voyager 2, se desconectó durante meses para realizar actualizaciones, según informa la NASA.
Obstrucción de los propulsores
Las Voyager 1 y 2 se lanzaron en 1977 y se desplazan por el espacio interestelar a unos 56,000 km/h. encuentran a unos 25,000 millones y 21,000 millones de kilómetros de la Tierra, respectivamente. Son las únicas sondas que han enviado datos desde el espacio interestelar.
Ambas naves espaciales dependen de un conjunto de propulsores primarios que las pivotan suavemente hacia arriba y hacia abajo, así como a la derecha y a la izquierda, para mantener sus antenas apuntando a la Tierra y poder enviar datos y recibir comandos.
Dentro del conjunto primario de propulsores hay otros que controlan el movimiento de alabeo de la nave. Visto desde la Tierra, el movimiento de alabeo hace girar la antena como un disco de vinilo para mantener a cada Voyager apuntando a una estrella guía que utiliza para orientarse. Ambas naves espaciales cuentan con un conjunto primario y uno de respaldo para estos movimientos de alabeo.
Otro conjunto de propulsores, diseñado para cambiar la trayectoria de las naves espaciales durante los sobrevuelos de los planetas exteriores, se reinstaló en las naves espaciales en 2018 y 2019, pero no puede inducir el movimiento de alabeo.
Para gestionar la obstrucción de los tubos de los propulsores, los ingenieros alternan entre los conjuntos de propulsores primarios, de respaldo y de trayectoria de ambas Voyager. Pero en la Voyager 1, los propulsores de balanceo primarios dejaron de funcionar en 2004 tras perder potencia en dos pequeños calentadores internos. Los ingenieros determinaron que la avería de los calentadores probablemente era irreparable y optaron por confiar únicamente en los propulsores de balanceo de respaldo de la Voyager 1 para orientar el rastreador estelar.
"Creo que, en ese momento, el equipo aceptó que los propulsores de balanceo primarios no funcionaran, porque contaban con un respaldo en perfecto estado", declaró Kareem Badaruddin, director de la misión Voyager en el JPL, organismo que gestiona la misión para la NASA. "Y, francamente, probablemente no creían que las Voyager fueran a seguir funcionando durante otros 20 años".
Pero sin la capacidad de controlar el movimiento de balanceo de la nave espacial, surgirían diversos problemas que podrían poner en peligro la misión, por lo que el equipo de ingeniería decidió reexaminar la falla de los propulsores de 2004. Comenzaron a sospechar que un cambio o una perturbación inesperada en los circuitos que controlan la alimentación de los calentadores había colocado un interruptor en la posición incorrecta.
Si lograban devolver el interruptor a su posición original, los calentadores podrían volver a funcionar, lo que les permitiría reactivar los propulsores de balanceo primarios y usarlos si los propulsores de balanceo de respaldo, utilizados desde 2004, se obstruían por completo.