¿Por qué la humanidad no ha vuelto a poner un pie en la Luna en más de 50 años?
Empresas y agencias espaciales están lanzando misiones para ensayar el regreso humano a la Luna

En 1969, la humanidad logró uno de sus hitos más impresionantes: poner un pie en la Luna. Entre ese año y 1972, seis misiones del programa Apolo llevaron a astronautas a caminar sobre la superficie lunar. ¿O no?, dirían los más escépticos. Lo cierto es que, más de 50 años después, ningún ser humano ha vuelto. ¿Qué pasó?
Aunque parezca sorprendente, regresar a la Luna no es tan sencillo como replicar lo que ya se hizo. Aterrizar en el satélite natural de la Tierra sigue siendo, hoy en día, una de las hazañas más complejas de la exploración espacial.
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Del entusiasmo a la pausa
En los años 60, Estados Unidos invirtió miles de millones de dólares y movilizó a cientos de miles de personas para ganarle la carrera espacial a la Unión Soviética. Pero una vez ganada, el interés político disminuyó. Las misiones Apolo 18, 19 y 20 fueron canceladas, y la NASA sufrió severos recortes presupuestarios.
Además, con tanto material lunar ya recogido por Apolo, muchos científicos consideraron que no era urgente regresar. En las décadas siguientes, la NASA y otras agencias enfocaron recursos en estaciones orbitales, sondas planetarias y misiones a Marte. Todo eso dejó la exploración lunar tripulada postergada y con presupuestos mucho más limitados.

¿Por qué sigue siendo tan difícil?
La Luna no está tan lejos, pero llegar y aterrizar allá es extremadamente complejo. Cada misión necesita cálculos precisos de trayectoria para alcanzar el lugar y momento exacto.
Hay que tener en cuenta la posición cambiante de la Luna, las fuerzas gravitatorias, el ángulo de aproximación y la velocidad del descenso. Cualquier pequeño error puede terminar en desastre.
Y una vez en la superficie, los problemas apenas comienzan: temperaturas extremas que superan los 120 °C de día y bajan a -130 °C de noche, polvo abrasivo, radiación, retrasos en la comunicación con la Tierra y terrenos llenos de cráteres.
Las naves deben ser resistentes, autosuficientes y aterrizar con precisión quirúrgica. No hay margen de error.
A esto se suma que muchas de las misiones actuales no son enviadas por grandes agencias espaciales, sino por empresas privadas. Y aunque la innovación abunda, estas compañías a menudo trabajan con presupuestos más ajustados y menos experiencia.
2025: el año en que todos quieren volver
En 2025, la exploración lunar volvió al centro de atención. Empresas y agencias espaciales están lanzando misiones para ensayar el regreso humano a la Luna. Algunas han tenido éxito, otras han fallado, pero todas han aportado aprendizajes valiosos.
- Blue Ghost (Firefly Aerospace): lanzada en enero, esta nave logró aterrizar con éxito en marzo y operó durante casi dos semanas. Aunque no sobrevivió la larga noche lunar, fue una prueba clara de que las empresas privadas pueden cumplir misiones cruciales.
- Nova-C «Athena» (Intuitive Machines): aterrizó en marzo, pero se volcó al llegar a una zona rocosa cerca del polo sur. Al quedar de lado, no pudo desplegar sus paneles solares y perdió energía. A pesar del fallo, los datos que envió son útiles para mejorar futuros diseños.
- Lunar Trailblazer (NASA): esta pequeña sonda orbital tenía como misión mapear el agua helada en los polos lunares. Poco después del lanzamiento, se perdió contacto con ella. Aún se espera poder recuperar la comunicación si sus paneles logran recargarse.
- Hakuto-R Misión 2 (ispace, Japón): está en camino. Entró en órbita lunar tras un sobrevuelo exitoso en febrero y se espera que intente aterrizar en junio. Es el intento de Japón por demostrar que su industria espacial puede competir en este nuevo escenario.