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Huracán Melissa
Huracán Melissa

La sombra de Melissa aún duele en Ocoa por la furia del agua que sorprendió la noche del miércoles

Los residentes en los barrios más pobres de Ocoa duermen en casas de familiares y amigos porque lo perdieron todo

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La sombra de Melissa aún duele en Ocoa por la furia del agua que sorprendió la noche del miércoles
Camas, muebles y pertenencias de residentes en San José de Ocoa quedaron arrastradas por las inundaciones tras el paso del huracán Melissa. (DIARIO LIBRE/ LUDUIS TAPIA)

La sombra del huracán Melissa, ya alejado de la República Dominicana, aún deja dolor en la parte sur del país, específicamente en la provincia San José de Ocoa, donde los residentes más vulnerables lo perdieron todo cuando la lluvia fuerte y repentina del miércoles en la noche se llevó las pertenencias y todas las esperanzas de los más pobres.

Confiados en que la fatal tormenta ya había pasado por el país y no representaba un peligro directo, los vecinos del barrio El Cocal, en San José de Ocoa, se dispusieron a dormir con la tranquilidad habitual, hasta que tuvieron que levantarse repentinamente por los efectos indirectos de una tormenta que creían alejada.

María de los Ángeles Martínez, residente en el sector, respiró de cerca de la muerte. Ella narra cómo acostada en su cama fue alertada por su esposo de una inundación que no esperaban y que los esperó en la puerta con la furia de un desbordamiento que casi les cuesta la vida.

"Yo estaba acostada y mi esposo me dice ´¡Párate, que se está metiendo el agua!´. Yo pensé que era una gotera del techo, pero cuando me tiré de la cama, ya el agua me llegaba por la cintura. No se podía abrir la puerta principal y tuvimos que salir por atrás", cuenta entre resignación María de los Ángeles.

La corriente de agua llegó como un episodio dramático para María porque ocurrió de noche, de manera sorpresiva y cuando ya en las noticias anunciaban el alejamiento del huracán.

El desbordamiento de un arroyo cercano a su casa ocurrió con una fuerza que tumbó su nevera, sus muebles y todos sus electrodomésticos. Ahora María tiene que dormir en la casa de una hermana hasta que pueda adquirir otra vez sus pertenencias básicas. 

"Nunca aquí había pasado algo así. Ni cuando construyeron el muro se había metido una gota de agua aquí dentro, está fue la primera vez y fue la peor", lamentó. 

Tratan de recuperar lo poco

En medio de la emoción y el ajetreo por la visita del presidente Luis Abinader al municipio cabecera para evaluar los daños, Alexis parece indiferente a la situación. Con resignación, trata de reparar con sus propias manos sus pertenencias básicas que quedaron destruidas por las inundaciones y el desbordamiento del arroyo.

Alexis Díaz vive en el mismo barrio El Cocal, aunque un poco más arriba que María. Desde allí también vivió una noche angustiosa que describió como "preocupante" porque, como contó, si hubiera sucedido en la madrugada, se llevaría muchas vidas.

La noche del miércoles, él y su madre estaban acostados, ya casi dispuestos a dormir, cuando escucharon una fuerte corriente de agua que en cuestión de minutos inundó su casa y la de sus vecinos.

Alexis también lo perdió todo repentinamente. Esa noche no durmió tratando de recuperar lo poco que quedaba y ayudando a sus vecinos más envejecientes a salir casi ahogados del barrio.

El agua vino sin ruido y de sorpresa. Estaba como atrabancada allá arriba y cuando rompió, vino de repente. Yo digo que, si hubiera sido de madrugada, seguro habría mucha gente muerta", comentó.

En La Colina hubo situaciones similares

En La Colina, un barrio cercano a El Cocal y ubicado también en Ocoa, la situación no fue muy esperanzadora.

La misma lluvia repentina de la noche del miércoles inundó un grupo de casuchas del sector. Ahora sus residentes buscan dónde dormir porque perdieron sus camas y colchones.

Deyanira Martínez, una anciana de 85 años, contó que el miércoles, durante el día, llovía "normal", sin ningún signo de peligro. Pero agregó que en la noche todo "se desató" y ella, al igual que sus vecinos, no tuvieron tiempo de rescatar sus pertenencias.

La mujer describió cómo quedó su casa hecha de tablas y cómo va todos los días a revisar su hogar, ahora destruido por una sorpresiva inundación.

La alerta roja

Los tres munícipes precisaron que el corte de unos árboles cercanos a los arroyos que se desbordaron fue lo que supuestamente causó las inundaciones, por lo que en lo adelante dormirán temerosos de que se repita la situación de intranquilidad cuando llueva fuerte otra vez.

Aunque intentan recuperarse poco a poco, los ocoeños confiesan que desde el miércoles no duermen tranquilos porque saben que viven en la única provincia en alerta roja por el paso de Melissa, y temen que, si vuelve a llover fuerte, los estragos de la tormenta arremeten otra vez sobre lo poco que les queda.

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Periodista dominicano. Escribe sobre temas legislativos y políticos.