En Ginebra, RD impulsa una postura ambiciosa en la recta final de la Cumbre del Plástico
El mayor frente está integrado por países influyentes, quienes rechazan el uso de la palabra "prohibición" en el tratado

Desde el Palacio de las Naciones en Ginebra, sede de la segunda parte de la quinta sesión del Comité Intergubernamental Negociador (INC-5.2), José Ramón Reyes, viceministro de Recursos Costeros y Marinos de la República Dominicana, reafirmó la posición del país en torno a la necesidad de establecer un tratado internacional jurídicamente vinculante que enfrente la crisis global de contaminación por plásticos.
Frente a este escenario tenso, el viceministro Reyes mantuvo una postura clara: "Estamos en la fase final de la negociación del documento jurídicamente vinculante".
"El principal obstáculo es que muchos países influyentes no quieren que se use la palabra ´prohibición´", señaló, al tiempo que citó a productores de petróleo como Estados Unidos, India y algunos países árabes como los principales opositores.
Rechazó la propuesta de sustitución por "regulación" sin metas concretas ni listado de químicos nocivos: "Hablan de ´regulación´, pero no quieren metas vinculantes de limitación ni que se incluya un listado de químicos prohibidos". Pese a esto, indicó que "continúa la negociación".
La República Dominicana forma parte del grupo de alta ambición, que ha crecido de 65 a 72 países que apoyan prohibiciones, límites a la producción, financiamiento, transferencia tecnológica y control químico —en nuestro continente, prácticamente la mayoría de países centro y sudamericanos, salvo Brasil—.
Salud y riesgos en comunidades costeras
Reyes advirtió que la contaminación plástica no es solo un problema ambiental, sino también de salud pública: "El plástico afecta la salud humana. Deberían etiquetarse los productos con advertencias, como ocurre con los cigarrillos. Esto requiere legislación y un régimen de consecuencias".
El viceministro llevó este mensaje a la propia plenaria de la cumbre: "Como viceministro de Recursos Costeros y Marinos, lo dije ayer en mi intervención en la plenaria: los niños nuestros están jugando en la playa entre arena y foam. Es una realidad".
También destacó que residuos como el foam, incluso cuando se promueven con aditivos "biodegradables", pueden fragmentarse en micro y nanoplásticos, que representan un riesgo mayor por su capacidad de infiltrarse en la cadena alimenticia.
"Países como Honduras, Guatemala y Chile se han acercado a la delegación dominicana para respaldar nuestra posición sobre el foam y las fundas plásticas", dijo el viceministro.
Reyes enfatizó la coherencia con la legislación dominicana: "Nuestra posición ministerial se basa en la ley vigente: reducción y posterior prohibición de plásticos problemáticos" (Ley 225-20), cuya modificación fue observada por el presidente de la República Dominicana y no ha sido promulgada. En caso de que el acuerdo internacional avance, aclaró que "no habría conflicto" con la legislación nacional vigente.
Expectativas e implicaciones
Sobre las expectativas, el viceministro reconoció la incertidumbre. "Hasta ahora las decisiones se toman por consenso y algunos países bloquean. Si fuera por votación, la mayoría apoyaría un acuerdo ambicioso", dijo.
Respecto a los plazos, adelantó que hoy habrá una plenaria con un borrador inicial y que mañana se sabrá si se alcanza consenso.
Subrayó que un consenso abriría la puerta a una segunda fase de negociación: "Un acuerdo ambicioso sería un gran avance global en el control del plástico". También apuntó el vínculo entre plástico y salud pública: "El plástico afecta la salud humana. Deberían etiquetarse los productos con advertencias... esto requiere legislación y un régimen de consecuencias".
Finalmente, expresó: "No buscamos eliminar la industria del plástico, sino regularla y fomentar el reciclaje. Hay que incentivar plantas de reciclaje y que la industria use material reciclado aunque sea más caro, cerrando el ciclo y beneficiando a todos".
El marco internacional: ¿Qué está en juego en INC-5.2?
Desde el 5 hasta el 14 de agosto de 2025, la comunidad internacional se ha reunido en Ginebra para concluir el tratado global sobre contaminación plástica, que abarca el ciclo completo del plástico: diseño, producción, uso y eliminación. El objetivo es responder a una de las mayores amenazas ambientales, sociales y de salud pública de nuestro tiempo.
Este esfuerzo forma parte del mandato adoptado en marzo de 2022 por la Asamblea del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEA-5.2), que dio origen al Comité Intergubernamental Negociador (INC) con la meta de concluir el tratado para fines de 2024. Desde entonces, se han celebrado varias sesiones en Uruguay, Francia, Kenia, Canadá y Corea del Sur, culminando ahora en Ginebra.
La urgencia es palpable: cada año, entre 19 y 23 millones de toneladas de plástico contaminan cuerpos de agua, una cifra que podría aumentar en más de un 50 % para 2040 si no se actúa con decisión.
Sin embargo, las negociaciones enfrentan grandes obstáculos: mientras más de cien países, junto a empresas y organizaciones ambientales, defienden límites obligatorios a la producción de plásticos, potencias petroleras como Arabia Saudita y Estados Unidos prefieren soluciones centradas en el reciclaje y la gestión de residuos.
La presión externa también es notable: más de 234 lobistas del sector energético y petroquímico están presentes en las negociaciones, con más representación que muchos grupos nacionales, científicos o comunidades indígenas.
Además, activistas han intensificado las protestas creativas: Greenpeace ha escalado el edificio de la ONU, WWF muestra una "cinta de basura plástica" y se distribuyen mensajes como "no dirty tricks" (que no haya trucos sucios) para exigir un tratado ambicioso.
En la antesala de INC-5.2, el 22 de julio de 2025 se presentó el documento Manifiesto por un futuro libre de contaminación plástica, respaldado por más de 600 organizaciones de la sociedad civil.
El texto exige un tratado con reducciones obligatorias en la producción, eliminación de químicos peligrosos, transparencia en toda la cadena de valor y financiamiento accesible para apoyar la transición, además de una transición justa para comunidades afectadas y la exclusión de contaminadores del proceso de toma de decisiones.
Durante las jornadas de Ginebra, el manifiesto ha sido citado por delegaciones de países como Noruega, Chile y Costa Rica, reforzando el bloque de alta ambición y sirviendo como referencia para sus demandas.
Activistas han distribuido copias a negociadores y medios, organizando actos paralelos para mantener el tema en la agenda y visibilizar la necesidad de cerrar vacíos legales en el texto final.