Una prótesis 3D para la tortuga verde que perdió su aleta en Samaná
El ITLA y el Acuario Nacional intentarán imprimir un dispositivo a la medida para mejorar su calidad de vida bajo cuidado humano

El 8 de septiembre del 2024, comunitarios encontraron en la playa Arenal de Samaná a una tortuga verde (Chelonia mydas) juvenil con la aleta frontal izquierda amputada, una herida compatible con mordida de tiburón. Llegó al Acuario Nacional con la lesión fresca y fue atendida de inmediato por el equipo veterinario. Sobrevivió, y hoy es conocida como Mochita, parte de la exhibición permanente del acuario.
Una colaboración inédita entre ciencia y conservación
Después de estabilizar a Mochita, el Acuario Nacional decidió dar un paso más allá de la rehabilitación tradicional: buscar una manera de mejorar su movilidad. Para ello se unió al Instituto Tecnológico de las Américas (ITLA), una institución pionera en el diseño de prótesis mediante escaneo e impresión 3D. La meta: desarrollar la primera prótesis funcional para una tortuga marina en el país, que se adapte a su anatomía y le permita desplazarse con mayor equilibrio.
En Japón, en el acuario Suma Aqualife Park, una tortuga loggerhead recibió una prótesis conectada mediante un chaleco, lo que le permitió recuperar buena parte de su capacidad de nado y estabilizar sus movimientos acuáticos. En Tailandia, un proyecto universitario dotó de prótesis a una tortuga olive ridley que había perdido una aleta tras enredarse en redes, y logró reintegrarla al agua con mejor movilidad.
El Acuario Nacional rescata tortuga verde herida en playa de La Romana
Estas experiencias internacionales ofrecen valiosas lecciones para el caso de Mochita en República Dominicana: diseño personalizado, mediciones anatómicas precisas y etapas de ajuste permiten mejorar la calidad de vida del animal, más allá de sólo restaurar la velocidad de nado.
Perder una aleta cambia la física cotidiana de una tortuga marina. Sin ese plano de sustentación, el cuerpo tiende a descompensarse, se pierde estabilidad, aumentan los esfuerzos para mantener la trayectoria y la respiración en superficie puede requerir más energía.
En un entorno bajo cuidado humano, una prótesis no persigue "velocidad", sino equilibrio, eficiencia y confort. Si Mochita se adapta bien, el dispositivo podría traducirse en menos gasto energético para desplazarse, mayor estabilidad en giros y una rutina de vida más cómoda, además de convertirse en una herramienta educativa para explicar al público cómo la tecnología aporta al bienestar animal.

El equipo del ITLA, encabezado por Edwin Rodríguez, responsable de la Escuela de Ingeniería y del proyecto ProtoScanner 3D, visitó el pasado 27 de octubre las instalaciones del Acuario Nacional para realizar el levantamiento inicial. Los acompañaron la diseñadora Abigail Artiles y estudiantes tesistas.
En el laboratorio, el ambiente combinaba el rigor técnico con el cuidado clínico. Mochita fue colocada sobre una camilla acolchada, cubierta con toallas húmedas para mantener la piel hidratada y reducir el estrés. Mientras tanto, veterinarios y técnicos del acuario supervisaban cada movimiento, controlaban la respiración y aseguraban que la manipulación fuera mínima.
A un costado, el equipo del ITLA medía perímetros y longitudes con calibradores digitales y cintas métricas, mientras un escáner portátil capturaba, punto a punto, la forma del muñón y el área donde se ajustará la futura aleta.
"Vino el equipo completo y utilizamos el escáner 3D para tomar las impresiones digitales de la tortuga. También usamos instrumentos de medición básicos, como cintas y calibradores, para obtener las dimensiones de la aleta sana y del muñón", explicó Edwin Rodríguez, encargado del proyecto.
Con la información capturada, el ITLA comenzará a trabajar en el diseño digital de la prótesis, utilizando software especializado. Según Rodríguez, el proceso requerirá varias pruebas hasta lograr una versión funcional. "El siguiente paso será elaborar un diseño digital de la aleta y luego imprimir un primer modelo en material flexible. A partir de ahí veremos cómo adaptarla conforme el animal vaya creciendo", explicó.
El propio equipo reconoce que la adaptación de una tortuga a una prótesis implica un proceso de prueba y error, siempre acompañado por el personal veterinario. "Entraríamos en una fase de ajustes para que Mochita se vaya acostumbrando a la nueva prótesis, observando su comportamiento y corrigiendo lo necesario", comentó Abigail Artiles, diseñadora del proyecto.
El método elegido no es casualidad. Los especialistas del ITLA aseguran que el escaneo 3D ofrece precisión y flexibilidad. "Sería muy complicado hacerlo por el método tradicional con yeso, porque habría que colocarle el material directamente y eso podría afectarle. Con esta tecnología podemos obtener el modelo digital, modificarlo y reimprimirlo tantas veces como sea necesario", agregaron los expertos.
Para el Acuario Nacional, este proyecto se alinea con su misión de conservación, rehabilitación y educación ambiental. Su director, Jimmy García Saviñón, considera que Mochita representa una oportunidad para inspirar y enseñar.
"De las funciones fundamentales del Acuario Nacional está la protección y conservación de las especies. Nuestra labor es tratar de rehabilitarlas y, en este caso, darle a Mochita la mejor calidad de vida posible. Queremos que el público la vea y entienda lo que significa cuidar de una especie amenazada", afirmó.
El proyecto, además, es un ejemplo de colaboración entre instituciones públicas. No existe un presupuesto específico asignado, sino el interés compartido de aplicar conocimiento y tecnología local en beneficio del bienestar animal.
ProtoScanner 3D es un programa de innovación tecnológica del ITLA que busca diseñar y fabricar prótesis personalizadas de bajo costo mediante escaneo, modelado digital e impresión 3D. El proyecto, desarrollado por la Escuela de Ingeniería del ITLA, ha beneficiado a decenas de personas con amputaciones y ahora amplía su alcance al campo veterinario. Su objetivo es acercar soluciones tecnológicas avanzadas a causas sociales y científicas, aprovechando el talento local y la infraestructura del laboratorio de fabricación digital del instituto.
Un símbolo de innovación y esperanza
La historia de Mochita se desarrolla en un contexto donde las tortugas verdes aún enfrentan múltiples amenazas en el Caribe: captura incidental en pesquerías, contaminación marina, pérdida de hábitat y consumo ilegal. A pesar de ello, la especie ha mostrado signos de recuperación global en las últimas décadas gracias a los esfuerzos de conservación.
En República Dominicana, casos como el de Mochita muestran que la ciencia, la educación y la tecnología pueden unirse para ofrecer soluciones innovadoras. En el laboratorio del acuario, entre el silencio, las toallas húmedas, los calibradores y la luz del escáner reflejándose en su caparazón, esta joven tortuga se ha convertido en un símbolo de esa unión posible entre el conocimiento humano y la resiliencia de la naturaleza.






Marvin del Cid