Calor extremo: cómo proteger a los niños de las olas de calor
La pediatra Luly Gil comparte una guía para mantener a los niños seguros durante estos días de altas temperaturas
El verano casi finaliza, pero las altas temperaturas persisten. Si tienes hijos, es importante que sepas que los niños son más vulnerables en estos días, debido a su piel sensible y la incapacidad de regular la temperatura corporal de forma eficiente.
Es vital no solo comprender estos riesgos, sino también adoptar estrategias efectivas para proteger a tus pequeños y garantizar que el calor no ponga en peligro su bienestar. A continuación, la doctora Luly Gil, pediatra perinatóloga intensivista, comparte una guía para mantener a los niños seguros durante estos días de altas temperaturas.
Hidratación: clave para la prevención
Mantener a los niños bien hidratados es crucial cuando el calor aprieta. La cantidad de agua que necesitan varía según su edad:
- Bebés (6-12 meses): deben consumir entre cuatro y ocho onzas de agua al día, además de la leche materna o fórmula.
- Niños de 1 a 3 años: aproximadamente cuatro vasos de líquidos al día, incluyendo agua o leche.
- Niños de 4 a 8 años: necesitan alrededor de cinco vasos diarios.
- Niños mayores: Entre siete y ocho vasos de líquidos al día.
Bebidas que debes limitar
Aunque las bebidas azucaradas pueden parecer atractivas, es mejor limitarlas. Gil explica que estas bebidas pueden aumentar el riesgo de problemas de salud, como la obesidad y la diabetes.
También hay que reducir el consumo de jugos. Aunque sean 100 % naturales, contienen altos niveles de azúcar y calorías, además de que carecen de la fibra que proporcionan las frutas enteras.
Los niños menores de un año no deben consumir jugo, mientras que de uno a tres años es aceptable darles menos de cuatro onzas por día. En el caso de los niños de cuatro a seis años, no deben tomar más de seis onzas por día, y de siete a 18 años un máximo de ocho onzas por día.
Cómo detectar la deshidratación
Los signos de la deshidratación varían según la edad:
Recién nacidos (0-12 meses):
- Ojos hundidos
- Boca seca y sed intensa
- Menos pañales mojados (idealmente de seis a ocho pañales diarios)
- Somnolencia excesiva
- Fontanela hundida (punto blando en la cabeza del bebé)
Niños mayores:
- Sequedad de labios o boca pegajosa
- Menos micción u orina de color oscuro (la orina debe ser amarillo claro, casi transparente)
- Somnolencia e irritabilidad
- Piel enrojecida
En los adolescentes, el riesgo aumenta durante el ejercicio físico intenso, y pueden presentar:
- Sequedad de labios y boca
- Aturdimiento
- Calambres
- Sed intensa
- Menor cantidad de orina u orina oscura
- Dolor de cabeza
- Pulso acelerado
- Piel enrojecida
- Sensación de calor o frío extremo
Durante el ejercicio, los niños de 9 a 12 años deben beber de tres a ocho onzas de agua cada 20 minutos, mientras que los adolescentes deben consumir entre 34 y 50 onzas por hora.
Consejos para combatir el calor
Mantenlos hidratados: asegúrate de que tu hijo beba suficiente agua a lo largo del día.
Vístelos con ropa liviana: la ropa ligera y de colores claros ayuda a regular la temperatura corporal.
Planifica un tiempo de descanso adicional: limita la actividad física durante las horas más calurosas del día.
Mantenlos refrescados: usa ventiladores, aire acondicionado o baños frescos para prevenir el sobrecalentamiento.
No dejes a tus hijos en el vehículo: los vehículos pueden alcanzar temperaturas peligrosas en cuestión de minutos.
Si observas síntomas de deshidratación o agotamiento por calor en tu hijo, busca atención médica de inmediato. La prevención y una rápida respuesta son esenciales para proteger a los niños durante las olas de calor extremo, concluye la pediatra Luly Gil.
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