El deporte y sus beneficios en el autismo
Las disciplinas deportivas ayudan a desarrollar las habilidades sociales y la autoestima

La práctica de actividad física y el deporte son pilares fundamentales para el desarrollo mental, físico, psicológico y social de los niños y adolescentes.
Además, los beneficios de mantener el cuerpo en movimiento incluyen ayudar a evitar las enfermedades, prevenir el sobrepeso y contribuir a la salud mental.
En el caso de las personas dentro del trastorno del espectro autista (TEA), el ejercicio es una forma terapéutica y divertida de ayudar a reducir la ansiedad y de mejorar otras habilidades como la coordinación, la socialización y el autoestima.
Sin embargo, hay que tomar en cuenta que cada persona con autismo es única, por lo que la elección del deporte y el enfoque deben adaptarse a sus necesidades y preferencias.
Los deportes tradicionales en equipo pueden resultar intimidantes debido a los diversos desafíos que enfrentan las personas dentro del espectro, como las dificultades de coordinación motora ojo-mano, las sensibilidades sensoriales, el equilibrio y la comunicación, pero a pesar de las limitaciones pueden participar de estas actividades en espacios adaptados y en versiones menos competitivas.
La clave está en planificar con anticipación, exponer el niño al ambiente sin presiones para ir desarrollando su tolerancia y esperar con paciencia hasta que muestre interés en unirse al grupo.
Deportes recomendados y sus beneficios
Los deportes más adecuados varían según los intereses, habilidades y características de cada persona, además que ofrecen una experiencia más individualizada y entornos adaptados a sus necesidades.
Natación: Una de las disciplinas más recomendadas ya que es un deporte completo que ayuda a fortalecer los músculos, mejorar la coordinación y desarrollar habilidades motrices fines y gruesas.
Con la práctica de la natación se disminuyen las dificultades sensoriales por la sensación relajante del contacto con el agua. La sensación de ingravidez tiene efectos positivos contra la ansiedad y contribuye a mejorar la autopercepción corporal.
Es muy importante que, además de aprender a nadar, las personas con TEA aprendan técnicas de seguridad en el agua ya que muchos de ellos tienen una atracción por los campos de agua y pueden exponerse a situaciones peligrosas que son incapaces de comprender.
Atletismo: un deporte que mejora la resistencia y concentración y que puede adaptarse al nivel de cada persona.

Artes marciales (karate, judo, taekwondo): ayudan a desarrollar la disciplina, el autocontrol, la concentración y la confianza en sí mismos.
Equitación: montar a caballo fomenta la empatía, reduce el estrés y ansiedad gracias al contacto con la naturaleza y los movimientos rítmicos del caballo.
Gimnasia: mejora el equilibrio, la coordinación, flexibilidad, fuerza y la capacidad para seguir instrucciones.
Yoga: la práctica de yoga ofrece múltiples beneficios para las personas con TEA, ya que combina movimiento, relajación y ejercicios de respiración.
Ciclismo: un deporte de bajo impacto que ayuda con los problemas sensoriales, de equilibrio, coordinación y resistencia.
En conclusión, los niños en el espectro autista cuentan con varias opciones deportivas que les pueden servir para mejorar su condición física y que formen parte de grupos sociales que les impulsen a desarrollar habilidades para la vida.