Amor incondicional: el viaje de una madre soltera junto a su hijo con autismo
La historia de Odette Arias es un recordatorio de que no existe una sola forma de formar familia, y que a veces, los caminos más difíciles son los que conducen a los vínculos más profundos

Ser madre es un reto en sí mismo. Serlo en solitario, y además criar a un hijo con una condición especial, implica una fortaleza aún mayor.
Odette Arias da fe y testimonio de ello, quien, guiada por su intuición y convicciones personales, tomó la difícil decisión de cambiar el rumbo de su vida para priorizar su bienestar emocional y el de su hijo.
Su historia es un recordatorio de que no existe una sola forma de formar familia, y que a veces, los caminos más difíciles son los que conducen a los vínculos más profundos.
Renacer desde el dolor

Odette y su exesposo compartieron una relación estable durante casi 10 años, entre noviazgo y matrimonio, y su hijo Luca fue un niño muy deseado. Sin embargo, durante el embarazo y después del parto, comenzaron a surgir diferencias en sus planes de vida.
Al atravesar una depresión postparto, Odette llegó a la conclusión de que no era el camino que quería seguir. Fue entonces cuando tomó la difícil decisión de pedir el divorcio, cuando Luca apenas tenía tres meses.
"Decidir dar ese paso fue muy complicado, pero sabía que era lo mejor para todos. No quería vivir una vida que no me hacía feliz, ni para mí ni para mi hijo", comenta Odette sobre ese momento decisivo".
"Aunque al principio el proceso fue complicado, hoy en día mantiene una relación cordial con su expareja, quien, a su vez, mantiene un vínculo cercano con su hijo.
Para Odette, criar a Luca como madre soltera ha sido un desafío constante, especialmente porque su hijo de ahora 11 años tiene autismo, lo que requiere una atención y dedicación aún mayor.
"En algunos momentos, me cuestioné si había tomado la mejor decisión. No porque dudara de mi amor por él, sino por la preocupación de si sería capaz de darle todo lo que necesitaba, no solo en lo económico, sino también en lo emocional", recuerda.
También tuvo que enfrentar la crítica social. "La sociedad comienza a bombardearte con frases como: ´¿Estás segura?´, "No desbarates tu familia...´. Y las cosas no se vuelven más fáciles", dice.
Sin embargo, esos comentarios no la hicieron dudar de su decisión.
"Nos crían con la idea de que ´no debes desbaratar tu familia´, pero si no te sientes bien, ¿qué tipo de familia vas a formar? Decidí hacer caso omiso a lo que la sociedad considera 'lo correcto'. Para mí, lo correcto es aquello que te da felicidad, lo que te hace sentir bien contigo misma", reflexiona.
Ver el desarrollo positivo de su hijo le confirma que tomó la mejor decisión y que lo más importante no es la estructura de la familia, sino el amor y la seguridad que se le brinda a los hijos.

"Hoy estoy convencida de que, aunque no fue el camino más fácil, fue el mejor para nosotros. Entendí que una familia no depende de cuántas personas haya, sino de cuánto amor, cuidado y seguridad le brindamos a nuestros hijos. Ser madre soltera no fue mi plan inicial, pero sí ha sido la decisión más valiente y correcta en su momento", afirma.
"Luca es un niño que, a pesar de las dificultades que ha enfrentado debido a su condición, ha logrado superar muchos obstáculos. Verlo avanzar me demuestra que todo el esfuerzo ha valido la pena", agrega.
El hecho de que solo sean ellos dos ha fortalecido aún más su vínculo, creando una conexión única y profunda entre madre e hijo.
"Luca y yo nos hemos convertido en un equipo. La conexión que tenemos es única. Saber que soy un ejemplo para mi hijo, de lucha, responsabilidad y perseverancia, me llena de orgullo", dice con convicción.
Apoyo de los suyos
Eso sí, en este trayecto como madre soltera, el apoyo de su familia ha sido clave.
"Mis padres, especialmente mi mamá, han sido mi sostén y también el de mi hijo. Puedo decir que todos los miembros de mi familia me han ayudado y han sido muy abiertos durante este proceso de crianza de Luca bajo su condición de autismo. Han sido empáticos e inclusivos; nunca se ha tratado a mi hijo de forma diferente", destaca Odette.
Sus amigos de igual manera han sido una red fundamental para ella.
"Mis amigos y personas cercanas también han sido una parte importante en este proceso, ofreciéndome su apoyo, estando pendientes de mi bienestar emocional, ayudándome a buscar ayuda, contactos para centros de terapias y conectándome con otras madres y familias qué comparten este diagnóstico con sus niños".
A las madres solteras, en especial a aquellas que crían hijos con condiciones especiales, aconseja: "Dar amor incondicional a tu hijo y agradecer incluso por aquello que creas que no deberías agradecer".
"Muchas veces una siente ganas de tirar la toalla, y es válido, pero hay algo que tenemos las madres que no nos permite rendirnos. Seguimos adelante, superando obstáculos, todo por el bienestar de nuestros hijos", agrega.
También destaca la importancia del autocuidado. "A todas las madres, de niños con condiciones especiales y las que no, démonos amor a nosotras mismas, porque ese amor se refleja en nuestros hijos", concluye.