¿Cómo cuidar la salud ocular de los efectos del polvo de Sahara?
Sus partículas microscópicas pueden contener virus, bacterias y hongos que llegan a irritar la superficie ocular

Desde hace algunos años, el polvo del desierto del Sahara no deja de visitar la República Dominicana, tanto en la temporada en la que se le espera como en momentos inesperados.
Lo cierto es que no trae nada bueno. Sus partículas microscópicas tiñen el día de gris, aumentan la sensación térmica, ya elevada en verano, pueden transportar contaminantes y provocar molestias oculares y nasales.
Pero no es lo único. Este polvo suele contener virus, bacterias y hongos que pueden irritar la superficie ocular. Además, tiene la capacidad de absorber la humedad ambiental y la de los ojos, lo que, según la oftalmóloga Judith Portorreal, especialista en ojo seco, favorece la aparición de síntomas de ojo seco evaporativo.
Como consecuencia, puede presentarse inflamación en la superficie ocular, que provoca ardor, picazón, enrojecimiento, lagrimeo, deseo de frotarse los ojos y, en algunos casos, visión borrosa.
¿Cómo cuidar los ojos?

Sobre los signos más frecuentes que son motivos de consulta, la oftalmóloga Claridanea García Vargas, detalla que son: ojo rojo, lagrimeo, presencia de secreciones, abultamiento doloroso o no de alguna región de los párpados, cambios en la coloración de alguna estructura de los ojos, como la conjuntiva.
Sin embargo, ella aclara que no necesariamente corresponda a los efectos del polvo de Sahara o conjuntivitos, que es lo que más frecuentemente se piensa.
"cada vez que cualquier parte del ojo se inflame, su respuesta es adquirir esta coloración, por lo que es mandatorio que ante este signo, visites a tu oftalmólogo".
La oftalmóloga también hace una lista de recomendaciones para proteger los ojos cuando el polvo del Sahara llega al país:
Utilizar gafas de sol al salir.
Evitar frotarse los ojos.
Mantener una buena higiene de manos.
Aplicar lágrimas artificiales en caso de resequedad o molestia.
Si los síntomas son más intensos que la resequedad como enrojecimiento, picazón persistente o visión borrosa, acudir al oftalmólogo para una evaluación detallada.