El Ictus, cuando cada minuto importa
Es fundamental recibir asistencia médica cuanto antes ya que cada minuto que pasa mueren dos millones de neuronas y, si transcurre demasiado tiempo, los tratamientos disponibles dejan de ser efectivos

El ictus o accidente cerebrovascular ocurre cuando la circulación de la sangre que llega al cerebro se interrumpe. Esta falta de flujo sanguíneo impide que las neuronas de la zona afectada reciban el oxígeno y los nutrientes que necesitan, lo que provoca que mueran en cuestión de minutos.
Existen dos tipos principales de ictus, explica la doctora María del Mar Freijo, coordinadora del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología (SEN):
- El ictus isquémico, al que corresponden casi el 80% de los casos, y que se produce cuando un trombo impide u obstaculiza la llegada de sangre al cerebro
- El ictus hemorrágico, que supondría casi el 20% de los casos restantes, y que se genera cuando es la rotura de alguno de los vasos sanguíneos del cerebro la que compromete la circulación sanguínea.
"En todo caso, e independientemente del tipo de ictus, la rapidez con la que se haya recibido atención médica ante la aparición de los primeros síntomas, influirá enormemente en el pronóstico de los pacientes, pues por cada minuto que pasa sin que llegue la sangre al cerebro, se mueren casi dos millones de neuronas", manifiesta.

La neuróloga recalca que "si se sospecha que una persona está sufriendo un ictus, se debe llamar inmediatamente a los servicios de urgencia porque es una emergencia médica".
Para sospechar que alguien está sufriendo un ictus, es necesario poder reconocer sus síntomas. Estos, generalmente, se producen de forma brusca e inesperada.
Aunque su tipología depende del área del cerebro que se vea afectada, los especialistas de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES) indican que estos son los principales (si bien puede presentarse sólo uno de ellos):
- Pérdida de fuerza en la cara
- Desviación de la comisura de la boca
- Pérdida de fuerza en el brazo
- La pierna del mismo lado del cuerpo de forma súbita
- Trastorno de sensibilidad en la cara, brazo o pierna del mismo lado del cuerpo que los pacientes describen como "acorchamiento"
- Pérdida súbita de visión, total o parcial, en uno o en ambos ojos
- Alteración repentina del habla, dificultad o imposibilidad de hablar o no poder hacer que los demás nos entiendan.
- Dolor de cabeza súbito, muy intenso y diferente a los dolores de cabeza habituales y sensación de vértigo intenso que puede implicar caídas bruscas o inestabilidad sin causa aparente.
Isquémico o hemorrágico
Una vez en el centro sanitario, el equipo médico valora los síntomas y realiza pruebas de neuroimagen para diagnosticar el ictus y distinguir si es isquémico o hemorrágico, pues cada uno de ellos se trata de manera diferente.
Los especialistas del Hospital Clínic de Barcelona señalan que, en caso de ictus isquémico, "en un primer momento el objetivo fundamental es restablecer el flujo sanguíneo cuanto antes para conseguir que la lesión cerebral tenga el mínimo impacto posible".

Según indican, los tratamientos que permiten recuperar el flujo son la trombólisis endovenosa y la trombectomía mecánica y se emplean hasta un máximo de 24 horas tras el ictus.
La trombólisis endovenosa consiste en administrar, a través de la vena, una medicación que disuelve el trombo.
Por su parte, la trombectomía mecánica se utiliza cuando el trombo ha obstruido una de las arterias más grandes que lleva el flujo sanguíneo al cerebro. Se introducen catéteres por la arteria de la ingle para llegar a la arteria cerebral ocluida y destaparla", detallan.
En cuanto a los ictus hemorrágicos, "si el sangrado está cerca de la superficie del cerebro, se puede realizar una intervención quirúrgica para evacuar la sangre o tratar la lesión que haya sangrado, como es el caso de malformaciones vasculares", manifiestan.
El ictus hemorrágico ocurre cuando un vaso sanguíneo del cerebro se rompe y la sangre se derrama. En estos casos, a veces es necesario realizar una angiografía, que es una prueba que utiliza rayos X y un colorante especial para examinar el interior de los vasos sanguíneos.
Una vez hallada la zona en la que se ha producido la rotura, el médico sellará el vaso sanguíneo defectuoso con alguno de los distintos dispositivos existentes como los coils, unas espirales, o los clips, unas pequeñas pinzas metálicas.
"Estas intervenciones dejan la pared del vaso lesionado fuera de la circulación, con lo que se evita que pueda volver a sangrar", aclaran los especialistas del Hospital Clínic.
Ya se trate de un ictus hemorrágico o isquémico, es fundamental que la persona afectada tarde lo menos posible en recibir asistencia médica.
"Hemos observado que, con menos de tres horas entre la aparición del ictus y su intervención, los pacientes evolucionan mucho mejor", manifiesta Francisco Aranda, coordinador del Grupo de Trabajo Neuro SEMES, de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias.
Del mismo modo, los especialistas del Hospital Victoria Eugenia de Cruz Roja, ubicado en Sevilla, recalcan la importancia de llegar a tiempo al hospital para que el tratamiento funcione.
"Hay algunas veces en las que simplemente no se puede hacer ningún tratamiento porque el paciente ha llegado tan tarde que, lamentablemente, ninguno es efectivo, pues el coágulo está ya tan duro que no hay manera de destruirlo o porque, aunque se restablezca la circulación cerebral normal, las neuronas están ya muertas", expresan.
El ictus es una enfermedad potencialmente mortal y que puede dejar importantes secuelas. Sus consecuencias pueden variar ampliamente de una persona a otra. Los facultativos del Hospital Clínic indican que, aproximadamente, un tercio de los pacientes logra una recuperación satisfactoria.
Otro tercio queda con secuelas graves, que pueden afectar a la movilidad, el habla, la cognición y la autonomía en la vida diaria. Mientras, en el último tercio de los casos, los ictus pueden ser fatales, con una mortalidad que ocurre durante la hospitalización o en los meses posteriores debido a complicaciones médicas.

EFE