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Quítale la corona al multitasking

El verdadero poder no está en hacer mil cosas a la vez, sino en estar plenamente presentes en lo que hacemos

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Quítale la corona al multitasking
El multitasking es un invento fallido para los humanos que agota, dispersa y aumenta los errores. (SHUTTERSTOCK)

Una vez escuché a Michelle Obama decir que "la mujer puede tenerlo todo, pero no al mismo tiempo".

Ojo, puede que la esté citando mal y que en realidad la frase haya sido de Oprah, o de la vecina de Oprah, pero estoy casi segura de que si buscamos el video de esa conversación entre ambas, allí aparece.

El punto es que me agarré de esas palabras como quien encuentra un salvavidas en mar picado. Porque sí: las mujeres cargamos con ese peso invisible (y a veces autoimpuesto) de creer que tenemos que hacerlo todo, hacerlo bien y además sonreír en la foto.

Siempre digo en mis charlas que la palabra multitask seguro la inventó un hombre para complicarnos la existencia y quedarse cómodo mirando desde la esquina.

El origen del "multitask"

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Pero bueno, resulta que no. Investigué un chin y descubrí que multitask nació en los años 60, no para describir a las mujeres, sino a las computadoras que podían ejecutar varias tareas a la vez.

La Real Academia Española, siempre tan conservadora, no aceptó el anglicismo, pero sí nos dio "multitarea".

Y aunque suene bonito, la verdad es que nuestro cerebro no funciona así: no hace dos cosas complejas al mismo tiempo, lo que hace es cambiar de una a otra rapidito, como control remoto desesperado.

Eso agota, nos dispersa y encima aumenta los errores. Es decir, que la multitarea es un invento fallido para los humanos.

Entrenar la atención

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Infografía

El mindfulness, herramienta que todavía difundo como lo mejor que me ha pasado en la vida, funciona como un antídoto natural contra la multitarea, esa manía moderna de querer hacerlo todo al mismo tiempo y terminar agotados y con más errores.

Al entrenar la atención en el momento presente, el cerebro aprende a enfocarse en una sola cosa sin juzgar, reduciendo así la impulsividad y la reactividad emocional. La práctica fortalece la conexión entre la corteza prefrontal y la amígdala, permitiendo respuestas más reflexivas en lugar de automáticas.

Además, estudios muestran que la meditación sostenida puede incluso aumentar la materia gris en áreas relacionadas con la atención y la cognición. El mindfulness enseña a observar los pensamientos y emociones con cierta distancia, sin dejarse arrastrar por ellos.

En otras palabras, nos recuerda que el verdadero poder no está en hacer mil cosas a la vez, sino en estar plenamente presentes en lo que hacemos.

Hace unos días hablaba de esto con unas colegas y una de ellas iba a dar una conferencia con el tema de la mujer multitask como si fuera algo positivo. Yo le decía que debíamos cambiar el mensaje porque, aunque la palabra vende, en realidad nos deja mal paradas.

¿Y si creamos otra palabra que nos defina mejor? No somos multitarea: somos multi-rol, multi-identidad, multifacéticas, polifacéticas.

Y lo vi clarito en mi amiga: un día está en su granja cuidando a los animales, al otro aconsejando a sus hijos, liderando en su iglesia, haciendo videos para redes, dando conferencias, practicando deportes o arreglándose divina para salir con su esposo.

Ella no hace todo al mismo tiempo; se enfoca en cada rol con presencia total y cambia el switch con gracia y alegría. Eso, para mí, es poder.

Multi-rol, mejor que multitarea

Confieso que alguna vez caí en la tentación de maquillarme mientras manejaba. Total, pensé, conducir ya es como montar bicicleta: el cuerpo lo hace solo. Grave error. El semáforo cambió y con un frenazo terminé con el labial más arriba de la comisura, como si hubiese ensayado para ser el Guasón.

Y ni hablar del día que, buscando el rímel, activé los limpiabrisas bajo un sol radiante. Al final, llegué a mi destino, sí, pero con un maquillaje que pedía disculpas antes que un "hola".

Y es que la multitarea es así: nos dispersa, nos agota y casi siempre nos deja resultados mediocres. En cambio, cuando asumimos un rol a la vez (mamá, profesional, amiga, soñadora) y le damos presencia completa, no solo rendimos mejor, también disfrutamos más.

La multitarea nos hace perder el control; el multi-rol, en cambio, nos da color y propósito. La multitarea nos agobia, nos exprime y hasta nos hace sentir culpables por no llegar a todo.

Pero el multirol, ¡ese sí que nos enriquece! Porque no somos máquinas corriendo programas, somos mujeres con vidas llenas de matices y escenarios distintos donde desplegamos lo mejor de nosotras.

Así que te propongo un reto: dejemos de usar la palabra multitasking como si fuera un elogio y busquemos juntas un término nuevo, uno que de verdad celebre nuestra capacidad de enfocarnos y brillar en cada uno de nuestros roles.

Dime, ¿qué palabra inventarías tú para reemplazar el tan sobrevalorado multitasking? Estoy segura de que entre todas podemos crear un concepto mucho más poderoso.

TEMAS -

Es escritora, mentora de futuras autoras, consultora de bienestar, facilitadora de Mindfulness, y cofundadora del Instituto Dominicano de Mindfulness (INDOMIND). Puedes conectar con ella en redes sociales: @ericarolcarlo