"The Black Cauldron", el oscuro experimento que casi acaba con Disney
A pesar de su problemática producción este filme animado se convirtió en una película de culto

En la larga historia de Walt Disney Animation Studios, pocas películas han generado tanta controversia y reflexión como "The Black Cauldron" (El Caldero Mágico, 1985).
Con una producción caótica, una recepción crítica mixta y una desastrosa recaudación en taquilla, esta cinta se ha ganado con el tiempo una reputación ambigua:
Por un lado, se le considera un fracaso histórico que puso en jaque el futuro del estudio; por otro, un valiente experimento que abrió nuevas rutas creativas y que actualmente es objeto de culto entre los fanáticos de la animación y la fantasía.
Un proyecto ambicioso y prolongado
La historia de "The Black Cauldron" comienza en 1971, cuando Disney adquiere los derechos cinematográficos de Las Crónicas de Prydain, la serie de novelas de fantasía escritas por Lloyd Alexander e inspiradas en la mitología galesa.
Aun así, no fue hasta 1980 que se inició la producción formal de la película, la cual se extendería por más de cinco años.
Entre rediseños, cambios de equipo creativo y conflictos internos, la producción se volvió uno de los proyectos más prolongados y costosos de la historia del estudio. Para el momento de su estreno, la película había acumulado un gasto de 44 millones de dólares, convirtiéndose en la película animada más cara producida hasta entonces.
El riesgo narrativo: oscuridad, muerte y una estética madura
"The Black Cauldron" se alejó drásticamente de la fórmula tradicional de Disney. En lugar de canciones pegajosas, animales parlantes entrañables y un tono optimista, presentó una historia oscura, centrada en el joven Taran, un porquero que debe impedir que el malvado Rey del Mal use un caldero mágico para levantar un ejército de muertos vivientes.

Esta atmósfera sombría, con escenas explícitas de violencia, muerte y horror, desconcertó tanto al público como a los ejecutivos de la compañía. Durante los test screenings, varios niños abandonaron la sala entre lágrimas, lo que llevó al entonces presidente del estudio, Jeffrey Katzenberg, a ordenar la edición inmediata de la cinta.
A causa de esto se eliminaron entre 10 y 12 minutos de metraje, incluyendo algunas de las escenas más gráficas y perturbadoras, como la que muestra a un hombre siendo consumido por la magia del caldero.
A pesar de los cortes, la película fue la primera producción animada de Disney en recibir una clasificación PG, lo que limitó aún más su atractivo ante el público infantil.
A pesar del caos, "The Black Cauldron" fue pionera en el uso de tecnología digital. Fue la primera película animada de Disney en incorporar imágenes generadas por computadora (CGI), utilizadas para efectos especiales como burbujas, llamas, niebla y el propio caldero mágico.
Esta innovación sentó las bases para futuros avances tecnológicos en el estudio, aunque en su momento no fue suficiente para salvar la película del desastre financiero.

Un fracaso de taquilla que puso a Disney contra las cuerdas
El estreno de la película, programado originalmente para diciembre de 1984 y pospuesto hasta julio de 1985, fue un desastre. "The Black Cauldron" recaudó solo 21.3 millones de dólares en Norteamérica, menos incluso que "The Care Bears Movie", una producción independiente de bajo presupuesto que había sido lanzada meses antes.
La película fue superada en taquilla incluso por el reestreno de "101 Dalmations", una cinta de Disney de 1961.
Este fracaso provocó una crisis interna en el departamento de animación de Disney. Muchos temieron que fuera el final del legendario estudio de animación, que ya venía atravesando años difíciles desde la muerte de Walt Disney en 1966.
Como medida de precaución, la película no fue relanzada en cines ni distribuida en vídeo doméstico durante más de una década. Solo en 1998 fue lanzada en VHS, y recién en años recientes ha recibido ediciones en DVD y Blu-ray.

Críticas y redescubrimiento
A nivel crítico, la película recibió opiniones mixtas. Algunos elogiaron su ambición artística y su atmósfera inmersiva, mientras que otros la criticaron por su narrativa confusa, personajes poco desarrollados y tono excesivamente sombrío para el público infantil.
El propio Lloyd Alexander, autor de las novelas, afirmó que la película tenía poco que ver con sus libros, aunque consideró que, como obra independiente, tenía cierto mérito.
Con el paso del tiempo, "The Black Cauldron" ha sido redescubierta por nuevos públicos, en parte gracias a su rareza dentro del canon Disney.
A pesar de haber sido ignorada durante décadas por el merchandising oficial y los parques temáticos, con escasas excepciones como el desaparecido restaurante Gurgi´s Munchings and Crunchings, la película ha ido ganando adeptos, especialmente entre fanáticos del género fantástico que valoran su audacia estética y narrativa.

Un legado de lecciones aprendidas
El impacto de "The Black Cauldron" en Disney fue profundo. Forzó al estudio a replantear sus estrategias creativas y de producción, y marcó el inicio de una transición hacia una nueva generación de animadores y ejecutivos.
En retrospectiva, este fracaso pavimentó el camino para la llamada Renacimiento Disney de los años 90, que trajo éxitos como "The Little Mermaid", "Beauty and the Beast", "Aladdin" y "The Lion King".
Además, su uso temprano de CGI la convierte en una precursora tecnológica dentro del estudio, mientras que su narrativa más oscura y madura anticipó producciones animadas que, años después, explorarían temas similares con mayor éxito.
"The Black Cauldron" no fue el éxito que Disney esperaba, pero su existencia representa un momento crucial de experimentación y riesgo. Es la historia de una película que quiso romper moldes, pero lo hizo en el momento y con los métodos equivocados.
Sin embargo, en ese mismo intento fallido, se sembraron las semillas de la transformación que devolvería a Disney su lugar en la cima de la animación mundial.