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The Howling
The Howling

"The Howling", el aullido que cambió el cine de terror

Entre la locura ochentera, el horror corporal y el misterio psicológico, este filme reinventó al hombre lobo para una nueva generación

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"The Howling", el aullido que cambió el cine de terror
"The Howling" fue una película que influyó en el cine de terror y las historias de hombres lobo en la gran pantalla. (SUNSET BOULEVARD/CORBIS VIA GETTY IMAGES)

En 1981 el cine de terror vivió un año dorado para las criaturas de la noche que mudan su pelaje cada cierto tiempo y que aman la Luna. Ese año tres películas redefinieron al hombre lobo como figura del miedo moderno: "An American Werewolf in London", "Wolfen" y "The Howling".

De las tres, esta última, dirigida por Joe Dante y protagonizada por Dee Wallace, es quizás la más subversiva y menos recordada por el público actual, aunque su influencia en el género fue inmensa. 

Con una mezcla única de horror visceral, humor negro y crítica a la cultura mediática, "The Howling" se convirtió en una obra de culto que transformó la manera de representar la monstruosidad humana en el cine.

Basada libremente en la novela de Gary Brandner (Porque a Dante no le gustó ese libro), la película sigue a Karen White (Dee Wallace), una periodista de Los Ángeles que sobrevive a un encuentro traumático con un asesino serial.

Para recuperarse del shock, su terapeuta le recomienda pasar un tiempo en una comunidad rural llamada "La Colonia". 

Allí, Karen y su esposo descubren que los residentes esconden un secreto oscuro que cruza la frontera entre lo civilizado y lo animal.

A partir de esa premisa, Dante construye un relato que combina el suspenso psicológico con el horror corporal, mientras explora temas como la represión, la violencia sexual y el miedo a perder la humanidad.

La reinvención del mito

Antes de "The Howling", las películas de hombres lobo solían seguir la tradición trágica inaugurada por Lon Chaney Jr. en "The Wolf Man" (1941): la historia del hombre condenado por su naturaleza bestial. Dante y su guionista John Sayles rompieron con esa fórmula. 

En lugar del mito romántico, ellos crearon un relato moderno y satírico donde el horror no proviene de la maldición, sino del deseo. En "The Howling", el hombre lobo disfruta su condición, se entrega a ella con placer y violencia, y encarna la dualidad del instinto humano reprimido.

El resultado es una historia inquietante, impredecible y extrañamente divertida. Dante, que venía de dirigir "Piraña" (1978), combina el tono grotesco del cine de serie B con un sentido narrativo sofisticado, lleno de guiños a la cultura pop, cameos de leyendas del terror y referencias al propio mito del hombre lobo

Es por esto que hay personajes que llevan nombres de directores clásicos del género como George Waggner, Roy Neill, Terence Fisher, Freddie Francis, y hasta Roger Corman, reconocido cineasta y mentor de Dante, aparece brevemente en un cameo frente a una cabina telefónica, como un homenaje a la película "Rosemary´s Baby".

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Dee Wallace y el trauma como eje del terror

La interpretación de Dee Wallace es fundamental para el impacto emocional de la película. Conocida por su trabajo en "The Hills Have Eyes" y más tarde en "Cujo" y "Critters", Wallace aporta humanidad y vulnerabilidad a Karen, convirtiéndola en una de las "reinas del grito" más sólidas del cine de los ochenta. 

Su personaje, víctima de un intento de agresión sexual, simboliza el trauma y la pérdida de control, temas que Dante aborda con una sensibilidad inusual para la época. 

A medida que la trama avanza, el horror sobrenatural se fusiona con el psicológico: el miedo a los lobos se confunde con el miedo al deseo, al cuerpo y a la locura.

El desenlace de la película es una de las secuencias más memorables del género, tanto por su audacia como por su ambigüedad. Ese grito final, grabado sin efectos de sonido y ejecutado por la propia Wallace, resume la esencia de "The Howling" como una mezcla de horror, tragedia y espectáculo mediático.

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Efectos prácticos que marcaron época

Gran parte de la fama de "The Howling" proviene de sus efectos especiales revolucionarios, obra de un joven Rob Bottin

Originalmente, Rick Baker iba a encargarse del maquillaje, pero abandonó el proyecto para trabajar en "An American Werewolf in London", dejando el trabajo en manos de Bottin, su asistente. 

Lo que el joven artista logró fue histórico: las secuencias de transformación, realizadas con prótesis de látex, cámaras de aire y animatrónica, fueron las más impactantes vistas hasta entonces.

La escena de la metamorfosis del antagonista principal, donde el rostro humano se estira y deforma ante los ojos del espectador, sigue siendo perturbadora incluso hoy. Bottin trabajó con una pasión obsesiva, esculpiendo múltiples versiones de los lobos hasta encontrar un diseño bípedo y demoníaco, alejado del clásico "hombre con pelo en las mejillas". 

Los hombres lobo de "The Howling" son monstruos estilizados, casi artísticos, una mezcla de erotismo, caricatura grotesca y fascinación animal. El aspecto y movimiento de estas criaturas sentaron un estándar para décadas de cine fantástico.

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Sátira, terror y cultura pop

Joe Dante, siempre irónico y cinéfilo, construye su película como una crítica velada a los medios y a la cultura del espectáculo.

Desde la introducción, ambientada en los estudios de televisión, "The Howling" señala la obsesión mediática por la violencia y el morbo. La televisión aparece como un espejo deformante donde el horror se convierte en entretenimiento. 

Este comentario se adelanta a temas que el propio Dante exploraría más tarde en "Gremlins" (1984): la invasión de lo monstruoso en la vida cotidiana y la banalización del miedo.

El guion de John Sayles, lleno de humor negro, le aporta a la historia de una personalidad única. A pesar de la violencia gráfica, "The Howling" no se toma completamente en serio; se burla de los clichés del género sin dejar de ser efectiva como película de terror.

Este es un equilibrio que muy pocos directores han logrado replicar.

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Legado y culto

Estrenada el 13 de marzo de 1981, "The Howling" fue un éxito moderado en taquilla, recaudando cerca de 18 millones de dólares y ganando el Premio Saturn a la Mejor Película de Terror.

Más importante aún, sirvió como trampolín para Joe Dante, quien, gracias a su trabajo aquí, fue contratado por Steven Spielberg para dirigir "Gremlins".

La película dio origen a una franquicia de ocho entregas, aunque sin continuidad narrativa entre ellas, y sigue siendo objeto de debates entre los fanáticos del género sobre cuál posee los mejores efectos: si "The Howling" o "An American Werewolf in London".

Lo cierto es que ambas marcaron el inicio del horror moderno, donde lo físico y lo psicológico se entrelazan para reflejar los miedos más profundos del ser humano.

Hoy, más de cuatro décadas después, "The Howling" conserva su poder perturbador. Es una película adulta, salvaje y extrañamente lúcida sobre el lado oscuro del alma.

En pleno octubre, cuando el cine de terror vuelve a rugir con fuerza, pocas experiencias son tan intensas como escuchar el aullido cinematográfico de Joe Dante resonando entre la niebla.

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Escritor y periodista con más de 10 años de experiencia en las áreas del periodismo y escritura creativa.