Rodrigo Quian Quiroga y el arte de la mente
Neurociencia y creatividad, el cruce entre Borges, Rembrandt y la memoria

Rodrigo Quian Quiroga es un neurocientífico que se nutre de la filosofía, la literatura y el arte en general para entender mejor la ciencia.
Hace unos años descubrió las neuronas de concepto, esas que unen ideas con imágenes específicas, y que, en honor a uno de sus experimentos, fueron llamadas neuronas de Jennifer Aniston.
No obstante, su verdadera pasión es entender lo que nos hace humanos.
Creció fascinado por la ciencia ficción y la narrativa de Jorge Luis Borges, sin saber que, años más tarde, encontraría en esas lecturas una clave para su propia investigación.
Al trabajar con la memoria y la percepción, descubrió que muchas de sus conclusiones ya habían sido esbozadas en los cuentos del escritor argentino. Por ejemplo, en Funes, el memorioso se muestran las paradojas de la memoria que él mismo estudiaba en su laboratorio.
Paseando junto a Daniel Capó
Borges describe en ese cuento las desventuras de un peón que tras recibir un golpe en la cabeza adquiere la increíble capacidad o infortunio de recordar absolutamente todo.
Funes termina sus días saturado de memorias y detalles irrelevantes que no lo dejan siquiera pensar, mostrando la importancia del olvido.
Esto va de la mano con el área del cerebro donde Quian Quiroga descubrió las neuronas de concepto, que no codifican los detalles de una u otra persona —precisamente porque tendemos a olvidar detalles— pero sí a recordar ideas y asociaciones.
A raíz de esa revelación, le intrigó saber qué había leído Borges para llegar a esas conclusiones. Por ello, empezó a leer más filosofía y a otros escritores, con miras a encontrar diferentes perspectivas para complementar su visión científica.
De igual manera, en el ámbito de la pintura, ha hecho experimentos analizando a Rembrandt desde la óptica de la neurociencia, descubriendo en su manejo del color y el contraste principios que explican cómo funciona la percepción visual.
Para Rodrigo, escribir es una manera de ordenar sus pensamientos y compartir ideas que considera valiosas, con el objetivo de responder a sus propias inquietudes y acercar la ciencia a un público más amplio. Sus libros se caracterizan por explorar la neurociencia de una manera accesible y dinámica.
Quian Quiroga es un orgulloso no usuario del teléfono celular. Señala que, a fin de cuentas, se nos va la vida frente a una u otra pantalla y somos cada vez menos nosotros mismos. Aconseja desconectarse y salir a la vida, pues es ahí donde surgen las grandes ideas.