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Aprendizaje: el valor de escribir a mano

Más allá de la pantalla, por qué el aprendizaje necesita movimiento

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Aprendizaje: el valor de escribir a mano
Cada persona aprende de forma distinta, pero el aprendizaje activo, que involucra tanto el cuerpo como la mente, es más efectivo que el consumo pasivo de información digital. (SHUTTERSTOCK)

Estoy totalmente de acuerdo con el descanso digital. Recientemente, leí que, según los estudios, los muchachos que aprenden más y retienen mejor las cosas, son los que leen en libros y escriben a mano.

Es decir, que el aprendizaje es mejor cuando se combina lo tradicional con lo digital.

Y esto tiene todo el sentido del mundo, porque no es lo mismo si el cuerpo participa en el proceso. Al escribir y pensar, usamos el cerebro, la mano, todo el cuerpo.

Tiene que ser distinto a oír algo digital, donde escuchamos pasivamente, pero el cuerpo no está tan implicado. Y eso es lo que están descubriendo, que definitivamente es muy bueno para los niños.

Muchos otros estudios han demostrado que las cosas se retienen mejor cuando el niño participa o escribe sobre un tema.

Investigaciones de universidades han confirmado las ventajas de la escritura a mano en el aprendizaje del sonido, la forma y el significado de las palabras. Pero también que escribir a mano desafía al cerebro más que si lo hacemos a través de un celular o una computadora. Por tanto, esto también favorece el aprendizaje.

Hace más de un año, los noruegos analizaron que escribir a mano aumentaba la actividad cerebral, justo en las regiones del cerebro más importantes para el aprendizaje.

Las evidencias están ahí. Físicamente, señores, estamos nada más en lo digital, lo digital, lo digital. Y aprender, definitivamente, tiene que ver con que el cuerpo esté más asociado a lo que estamos aprendiendo.

No todo el mundo asimila de la misma manera, pero, indudablemente, mientras más impliquemos al cuerpo y a la mente con escribir, subrayar, volver a leer o resumir, más aprenderemos.

Claro, no olvidemos que no todo el mundo aprende igual. Eso se sabe por diferentes estudios. Hay quien aprende mucho escribiendo, leyendo y después haciendo un resumen, y hay quien lo hace en una discusión con quien le enseña.

Yo soy así. Si voy a un sitio o hago un curso, ¡el profesor se embromó! ¿Por qué? Me obligo a mí misma a cuestionar todo lo que me están enseñando.

Se aprende mejor cuando participamos. Hay gente que aprende haciendo las cosas que estudió. Cada persona lo hace de diferentes maneras, pero mientras más impliquemos al cuerpo y cuestionemos y discutamos los conocimientos, mejor aprenderemos.

TEMAS -

Terapeuta familiar, psicóloga, sexóloga y experta en relaciones de pareja.