×
Compartir
Versión Impresa
versión impresa
Secciones
Última Hora
Podcasts
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Juegos
Herramientas
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Redes Sociales

Tú eres tu principal responsabilidad

El autocuidado no es solo ir a cortarse el pelo o tomarse un café a solas. Es también una forma profunda de respeto personal

Expandir imagen
Tú eres tu principal responsabilidad
El autocuidado es una forma profunda de respeto personal. (SHUTTERSTOCK)

Hoy quiero invitarte a hacer un pequeño ejercicio. ¿Te animas? Vamos paso a paso:

Antes de continuar con la lectura, cierra los ojos durante un minuto. Solo uno.

Piensa en al menos dos seres vivos o cosas que dependan totalmente de ti. Pueden ser personas, animales, plantas, incluso proyectos. Di sus nombres mentalmente. Visualiza qué haces para cuidarlos, qué compromisos asumes para su bienestar.

Tal vez sea comprar un medicamento, regar las plantas, preparar comida, estar presente emocionalmente, o simplemente recordar algo importante por ellos.

¿Ya? Ahora te hago la pregunta, ¿dijiste tu nombre?

A lo largo de los talleres de manejo de estrés que he impartido, he notado un patrón que se repite con frecuencia: la mayoría piensa primero en sus hijos, padres, su pareja, una mascota.

Muy pocas personas se incluyen a sí mismas en esa lista, y cuando lo hacen, suelen decirlo con algo de vergüenza, como si priorizarse fuera sinónimo de egoísmo o alguna señal de soberbia.

Permíteme decir esto en voz alta y sin rodeos: Tú eres tu principal responsabilidad.

No se trata de un acto narcisista, se trata de reconocer que, sin ti, no hay quien sostenga todo lo demás. Me resulta muy interesante cómo, desde pequeños, aprendemos a cuidar a otros: insistimos en que los niños coman vegetales "porque les hace bien" ... pero ¿los comes tú?

Recordamos a nuestros padres sus citas médicas constantemente... pero pasamos semanas minimizando un "dolorcito" de espalda. Preguntamos con frecuencia "¿tomaste la pastilla?", pero no vamos a chequearnos desde hace más de un año.

El autocuidado

El autocuidado comienza cuando dejamos de vernos como un recurso infinito. Iniciamos un camino hacia la responsabilidad emocional con nosotros mismos cuando entendemos que nuestro bienestar es tan esencial como el de quienes amamos.

Y no, no hablo de abandonar nuestras obligaciones o restar importancia a quienes dependen de nosotros. Se trata de incluirnos en la lista de lo importante. Se trata de dejar de vivir en modo "piloto automático", y empezar a reconocernos como merecedores de cuidado, descanso y espacio propio.

Cuidarte también es cuidar. Darte permiso para descansar, decir "no" sin culpa, tomar agua a tiempo, regalarte una pausa real. Comenzar ese proyecto que sueñas desde hace años, sin la presión de tenerlo todo claro desde el primer día.

Lo importante es dar el primer paso, porque eso, en sí mismo, ya es un avance significativo. Celebrar tus pequeñas victorias, aunque nadie más las vea. Reconocer que también necesitas palabras amables, tiempo sin exigencias y objetivos que te motiven.

Porque lo cierto es que cuando alguien a nuestro cargo necesita algo urgente, hacemos todo lo posible para cumplir. ¿Por qué no hacerlo también por nosotros?

La salud mental da inicio con la honestidad, con reconocernos como seres vulnerables, valiosos y merecedores de cuidado. El autocuidado no es solo ir a cortarse el pelo o tomarse un café a solas. Es también una forma profunda de respeto personal.

Te propongo que esta semana hagas un pequeño ajuste: deja de sumar pendientes en tu lista de autocuidado e incluye tu nombre en la lista de responsabilidades importantes. No para exigirte más, sino para empezar a cuidarte con la misma dedicación con la que cuidas a otros.

Recuerda que nadie puede dar lo que no tiene. Estar bien tú es el primer paso para que todo lo demás también funcione.


TEMAS -

 Diseñadora, Psicóloga, especialista en intervención en crisis y traumas, manejo de estrés y ansiedad. Especialista en Gestión integral de riesgos de desastres.