×
Compartir
Versión Impresa
versión impresa
Secciones
Última Hora
Podcasts
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Juegos
Herramientas
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Redes Sociales

La ciencia que se anticipa: las vacunas ARN mensajero, el cáncer y la próxima pandemia

De la pandemia al futuro, el poder del ARN mensajero

Expandir imagen
La ciencia que se anticipa: las vacunas ARN mensajero, el cáncer y la próxima pandemia
La desinformación y el fanatismo han intentado desacreditar el valor de las vacunas, particularmente las de ARN mensajero, a pesar de sus avances revolucionarios. (SHUTTERTOCK)

La ignorancia, el fanatismo y los intereses particulares, han pretendido desacreditar a las vacunas, lo que se conoce desde que apareció la primera vacuna en el siglo XVIII. Esta Actitud interesada y anticientífica se recrudeció en los últimos años con la aparición de las vacunas ARN mensajero.  

El más grande descubrimiento médico-científico de los últimos tiempos. Una herramienta disponible para la elaboración de vacunas personalizadas contra el cáncer y otras enfermedades catastróficas y para enfrentar otra probable pandemia en el futuro.

La tecnología del ARN mensajero

La experiencia del COVID-19 fue devastadora, pero también un punto de inflexión científico. En menos de un año, el mundo pasó de la emergencia a la vacunación masiva gracias al uso del ARN mensajero, una tecnología que había sido desarrollada durante más de una década y que encontró su oportunidad en la crisis.

Las vacunas de Pfizer-BioNTech y Moderna, ambas basadas en mARN, demostraron una eficacia superior al 90 % en prevenir la enfermedad severa en sus primeros estudios (Polack et al., NEJM, 2020).

Pero, también, dejando claro que las vacunas intramusculares tienen limitaciones, al no poder inducir una respuesta robusta a nivel de las mucosas, y no protegiendo suficientemente en la puerta de entrada del virus que es el tracto respiratorio superior.

Otras alternativas

El enfoque ha cambiado. Y científicos de todo el mundo trabajan hoy en plataformas alternativas como vacunas intranasales, orales o intradérmicas, que prometen inducir inmunidad local en las mucosas y bloquear la transmisión viral desde su inicio.

Un estudio reciente en Science Translational Medicine (2023) mostró que una vacuna intranasal basada en vectores virales redujo significativamente la transmisión del SARS-CoV-2 en modelos animales.

Estados Unidos ha dado un paso decisivo con el Proyecto NextGen, una iniciativa liderada por la Autoridad para el Desarrollo de la Investigación Biomédica Avanzada (BARDA), que destina más de 5 mil millones de dólares para acelerar una nueva generación de vacunas más duraderas, universales, de dosis única y fácil administración.

Estas innovaciones no solo buscan proteger contra el COVID-19, sino anticiparse a nuevas variantes y a otros virus respiratorios emergentes. La visión es ambiciosa: desarrollar una "vacuna universal" que actúe sobre múltiples cepas y enfermedades y que reduzca la necesidad de refuerzos frecuentes.

A pesar de las críticas, el avance científico no se detiene.

Pero debe ir de la mano con políticas públicas que garanticen acceso equitativo de la población a las vacunas, infraestructura de distribución y confianza social, apertura a la investigación y a la tecnología con inversión, si no queremos quedarnos nuevamente en la periferia de la solución.

TEMAS -

Pediatra neonatólogo. Pediatra emérito y pasado presidente de la Sociedad Dominicana de Pediatría.