Priscilla Velázquez Rivera y la escritura como regreso

Las mudanzas suelen traer consigo despedidas y nuevos comienzos. Para Priscilla Velázquez Rivera cambiar de país significó mucho más: fue un vuelco de vida, una ruptura con lo conocido y, sobre todo, la oportunidad de darle paso —de una vez por todas— a esa escritora que siempre llevó dentro.

Estudió Economía y desarrolló una sólida carrera en el mundo corporativo, hasta que las circunstancias la llevaron a emigrar a Bogotá, Colombia. Lo que al principio fue un proceso de pérdida y adaptación pronto se convirtió en una oportunidad para mirar la página en blanco sin miedo.

Aquello que comenzó como una ruptura terminó revelándose como un regalo. En aquel silencio y espacio nuevos, Priscilla encontró la posibilidad de dar forma a una historia que venía elucubrando desde hacía tiempo. Era el momento de recomenzar y abrazar sus verdaderas pasiones.

De ese impulso nació su primera novela, que envió a un concurso para que labrara su propio camino. Cinco años después, ya de regreso en Santo Domingo, siguió explorando nuevas historias y consolidando su voz narrativa.

Entre sus novelas se encuentran La valiente piconera (Caligrama, 2019), con la que obtuvo el Accésit Mujer Novel del XVII Concurso de Narrativa Femenina Princesa Galiana en España y fue finalista del Premio de Narrativa Camilo José Cela; La cuna del escorpión (Destino, 2022), galardonada con el Premio de Novela Manuel de Jesús Galván 2021 del Ministerio de Cultura de la República Dominicana; y Luz rabiosa (Destino, 2024), que recibió Mención Honorífica en el III Concurso Iberoamericano de Cuento y Novela Elena Poniatowska Amor, en México. Dos de estas obras han sido adaptadas al teatro.

Velázquez Rivera se reconoce como una esteta, alguien que encuentra en lo visual, en el arte y en la literatura una forma de mirar el mundo con intensidad y sentido. Su mirada combina intuición y estructura; le atrae el orden, pero permite que la imaginación lo resquebraje.

En cada uno de sus libros emprende una nueva exploración. Está convencida de que la literatura debe conmover, emancipar y cuestionar, y que incluso en el dolor o en la fealdad puede revelarse la belleza.

Desde entonces, Priscilla ha seguido escribiendo con la certeza de haber encontrado su camino. En cada historia encuentra una oportunidad de reconocerse, un tránsito entre la memoria y la imaginación, donde afirma no solo su voz, sino también su hogar.

Jarouska Cocco

• 

Abogada especialista en derecho administrativo, entusiasta de la cultura y la palabra escrita.