¿El sexo en el matrimonio: obligatorio o consensuado?
El sexo no es obligación, el debate que revela los mitos peligrosos del matrimonio

Cuando la gente se casa es para tener relaciones sexuales". Ha dicho con ligereza la diputada De los Santos, en el Congreso, y esto ha provocado indignación en las redes y, en algunos círculos sociales y hasta religiosos, sobre todo, surge una pregunta urgente:
- ¿Está equivocada la Diputada o ella tiene un punto? ¿El matrimonio anula el consentimiento sexual?
La respuesta es clara: no, el matrimonio no anula el consentimiento sexual, y muchas mujeres sufren violencia a manos de hombres que se creen sus dueños. Pero también es cierto que algunas mujeres pueden utilizar su sexualidad como un arma para manipular al hombre y eso también es violencia.
La cultura nos ha enseñado que los hombres "siempre quieren sexo" y que las mujeres "deben decir que sí". Esta narrativa no es solo dañina: es peligrosa. Porque el problema no es de género, es estructural.
Creencias distorsionadas

Son las creencias distorsionadas sobre la sexualidad —transmitidas por generaciones— las que nos han hecho confundir deseo con deber, y placer con obligación.
Y cuando esas ideas se trasladan a las leyes, es vital que se legisle con equidad, sin prejuicios y con una comprensión profunda de lo que significa el consentimiento: libre, informado y reversible, incluso dentro del matrimonio.
Y sí: dentro del matrimonio también puede haber violación. Es duro decirlo, pero es una realidad.
Pero los responsables de esto no son los hombres o las mujeres, es un sistema que nos ha enseñado a confundir el deber con el amor, aguantar con entrega y sexo con poder.
Así como no es justo que una mujer sea forzada, tampoco lo es que un hombre sea utilizado, manipulado o invalidado cuando no desea tener intimidad.
El deseo no se reclama. Se gana. Y el respeto mutuo no debería estar en discusión, ni en la cama ni en el Congreso.
Si amar implica obligar, entonces no es amor. Y si no sabemos distinguir entre deseo y obligación, entonces sí, eso hay que revisarlo. Pero no en el Código Penal: en nuestra conciencia.