Sabinistas uníos, el maestro nos regala "Un último vals"
La obra, que supone el retiro de los escenarios de el Flaco de Úbeda, es sin duda alguna una síntesis exquisita
El as de la trova Joaquín Sabina sorprendió a su fanaticada dedicándole "Un último vals", una canción sin metáforas complicadas y cargada de versos que huelen a nostalgia, a despedida o quizás un réquiem tras medio siglo de carrera.
Según una nota de prensa, la obra que supone el retiro de los escenarios de el Flaco de Úbeda es sin duda alguna una síntesis exquisita: nostálgica, reflexiva y salpicada con la dosis de sarcasmo que lo caracteriza; tal vez una forma de reírse de la vida o de burlarse de los eventos desafortunados: "...cuando solo esté de moda si me caigo otra vez del escenario".
El audiovisual que acompaña la pieza es dirigido por Fernando León y coloca a un Sabina en un bar y entre copas y cigarros; por la barra desfilan familiares, amigos y colegas que van a verlo cantar, una especie de homenaje.
Además de sus hijas, van a acompañarlo: Serrat, Andrés Calamaro, Jorge Drexler, Leiba, entre otros nombres de mucha valía en la escena artística de habla hispana.
"Un último vals" marca la antesala de su gira "Hola y adiós" en la que esperamos se incluya a la República Dominicana.
El maestro que ha sentenciado que al lugar donde ha sido feliz, no debieras trata de volver (Peces de ciudad), se retira luego de vivir tres cuarto de siglo, compuesto más de 300 canciones, haber impuesto un estilo y narrativa propia; siendo el dueño de un movimiento que lo idolatra y con mérito suficiente para igualar la proeza de Bob Dylan, ganar el Nobel de Literatura.
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