Una noche para Mozart con la Filarmónica de Santo Domingo
Una noche espléndida donde el público presente pudo disfrutar de tres obras emblemáticas del genio austríaco

En la noche del 5 de noviembre, la sala principal del Teatro Nacional Eduardo Brito fue escenario de la actuación de la Orquesta Filarmónica de Santo Domingo, bajo la dirección del maestro Amaury Sánchez, quien presentó el concierto Todo Mozart.
Una noche espléndida donde el público presente pudo disfrutar de tres obras emblemáticas del genio austríaco, gracias al patrocinio del Banco de Reservas.
La noche abrió con la Obertura de la ópera La flauta mágica, la cual ha sido llamada una "ópera masónica" debido a su simbolismo. Esta es una ópera que nunca pasa de moda, tanto para niños como para adultos; se ha convertido en una ópera para todos.
La obertura de La flauta mágica es una pieza dramática y enérgica que se enfoca en los temas masónicos y en la lucha entre la luz y la oscuridad.
Su rica orquestación le otorga un peso imponente que complementa la atmósfera de la ópera, y suele ser interpretada frecuentemente como pieza de concierto independiente.
La orquesta y su director iniciaron con buen pie la noche, pues la interpretación de la obertura fue muy aplaudida por el público, que supo apreciar la limpieza de su ejecución.
"Todo Mozart": una velada sinfónica dedicada al genio de Salzburgo
Un solista de lujo
Inmediatamente, entró al escenario Antonio Pompa-Baldi, solista de la noche, acompañado por el maestro Amaury Sánchez. Pompa-Baldi interpretó con maestría el Concierto para piano n.º 23 en La mayor, K. 488, que figura entre los más conocidos escritos por Mozart para piano y orquesta.
Esta obra encontró en Pompa-Baldi un exponente ideal, lleno de poesía pianística y de una corriente de pura inspiración y gran belleza. En sus tres movimientos se pudo apreciar la sintonía perfecta entre orquesta y solista.
![[object HTMLTextAreaElement]](https://resources.diariolibre.com/images/2025/11/06/05112025-sinfonica-nacional---joliver-brito202511050021-512cb97b.jpg)
El piano utilizado fue un gran piano de concierto Steinway, donado por E. León Jimenes y la Fundación Eduardo León Jimenes al Teatro Nacional en 2023.
Luego del intermedio, llegó el plato fuerte de la noche: la última sinfonía compuesta por W. A. Mozart, la Sinfonía n.º 41 en do mayor, K. 551 "Júpiter". El nombre de "Júpiter" no surge del compositor, pero se ajusta perfectamente al carácter olímpico de la obra en sus cuatro movimientos.
La fantástica interpretación de Sánchez y su orquesta filarmónica logró reconciliar la melancolía con una brillante agilidad y un fraseo musical hermoso. Los tiempos estuvieron llenos de expresividad, lo cual permitió al público presente saborear cada matiz de esta obra maestra de Mozart.
La duración se sostuvo gracias a una interpretación vibrante que culminó en un frenesí de emoción en el final. Una verdadera delicia. Esta sinfonía data de 1788.
Fue una noche donde el público disfrutó de la obra de Mozart y recompensó al solista, al director y a la orquesta con fuertes aplausos.




