El alisado para el cabello, tan común como peligroso
Los productos alisadores del cabello son ampliamente usados por la población femenina del país
La gran mayoría de las mujeres dominicanas tienen algo en común: han utilizado productos químicos para "domar" sus afros o rizos y acercarse a unos estándares de belleza que no se aplican a ellas, incluso antes de cumplir los 15 años.
Desde entonces comienza el sacrilegio. Levantarse temprano para llegar antes de que lleguen las demás mujeres a los salones de belleza para suavizar el "crecimiento" desde la última vez del alisado; aguantar el picor y el abrasador olor de la crema hasta que haga efecto; pasar largos minutos debajo del secador y, finalmente, llegar a la silla de la salonera para que con su mano experta y la ayuda del blower y el cepillo le den forma a su melena.
Tal es el caso de Anastassia Pérez, una creadora de contenido que utilizó una crema alisadora por primera vez a la edad de 14 años y que ahora a través de su perfil @elcabellodeana le dice a sus más de 45 mil seguidores en Instagram que es posible tener un pelo procesado y saludable.
"Nosotras las adolescentes llegamos a esa edad y queremos alisarnos, es como parte de lo que era la cultura", dice Anastassia, quien es hija de una estilista con varios años de experiencia y que, tras una mala experiencia con su pelo, se empeñó en alcanzar certificaciones para entender y cuidar su pelo y ayudar a otras en el proceso.
La historia de Anastassia se repite de familia en familia en el país y, aunque llevar el pelo al "natural" cada vez gana más adeptos, el mercado de los alisados tradicionales y sus presentaciones "modernas" y "mejoradas" como las queratinas, cirugías capilares, y demás productos que modifican la estructura del cabello, no muestran señales de desaparecer.
En un recorrido de Diario Libre por algunos salones y negocios de venta de productos de belleza o supply en Santo Domingo Este, todas las encargadas hablaron sobre una disminución entre las usuarias del alisado tradicional, al tiempo que señalaron que estos productos guardan un público fiel, sobre todo entre las mujeres de más edad.
Al ser cuestionada sobre la razón de este cambio en las preferencias de sus clientas, María Cabrera, dueña de un salón de belleza en el sector Brisas del Este indicó que "la primera causa fue porque es muy fuerte (el alisado) y les hacía daño", actualmente María asegura que ninguna de las mujeres que acuden a su local usan el alisado, todas han optado por otros productos.
Sin embargo, Yoleiny, una empleada de una suplidora de productos para el cuidado del cabello, se ríe a carcajadas, mientras asegura que el uso generalizado de productos similares a la queratina en los últimos años se debe más "a la moda".
Cada vez son más las mujeres que buscan estos productos, siendo las más jóvenes sus compradoras habituales, sin embargo, en los últimos años diversos estudios han advertido de la presencia de sustancias que resultan nocivas para la salud hormonal femenina, sobre todo en la población afrodescendiente, que es la que más utiliza estos productos.
"Regreso a lo que yo pensaba: tenía razón, eso que me quemaba la cabeza... no era seguro", le dijo a The New York Times la doctora Tamarra James-Todd, profesora adjunta de epidemiología reproductiva ambiental en la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard, quien ha dirigido o ha sido coautora de más de 70 investigaciones científicas en los últimos 20 años para establecer la conexión entre las sustancias químicas presentes en los alisados y las disparidades en salud reproductiva entre las mujeres negras.
Un estudio dirigido por el Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental arrojó en octubre de 2022 que aquellas participantes que usaban con mas frecuencia productos químicos para alisar su cabellos, tenían dos veces y media mas probabilidades de desarrollar cáncer de útero, que aquellas que no los usaban.
Las mujeres han migrado de los alisados tradicionales a las queratinas, juzgando a estos últimos como más saludables y mejores a cuanto el tiempo de duración de sus efectos, pero la verdad es que son ellos los más propensos a contener formaldehído en su fórmula o liberarlo durante su aplicación al entrar en contacto con el calor.
¿Qué son los formaldehídos?
Los estudios han señalado a los formaldehídos presentes en las fórmulas de estos productos como los responsables de diversos trastornos de la salud y el sistema reproductivo de la mujer, llegando a vincularlos con el desarrollo de diferentes tipos de cáncer, como el de mama, ovario y útero.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés) define esta sustancia como un gas y un conocido carcinógeno humano clasificado por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, que puede causar efectos a corto y largo plazo en la salud.
La agencia federal explica que las mujeres quedan expuestas a esta sustancia al aplicar la solución para alisar o suavizar el cabello, la cual es seguida de un procesamiento de calor para sellar la solución en el pelo, momento en el que se libera al aire en forma de gas el formaldehído presente en el producto.
"Si el salón de belleza no está adecuadamente ventilado, usted, su estilista y las otras personas en el salón corren el riesgo de inhalar el formaldehído liberado", advierte la FDA en su página web.
- Los síntomas comienzan a presentarse cuando el formaldehído en el aire supera 0.1 partes por millón, en este punto las personas expuestas pueden sentir irritación grave de los ojos, la nariz y los pulmones, así como sensibilidad cutánea o dermatitis alérgica. Estos síntomas empeorarán a medida que aumentan los niveles de formaldehído.
- Otras personas han descritos reacciones como problemas o irritación de los ojos, problemas del sistema nervioso (por ejemplo, dolores de cabeza y mareos), problemas del tracto respiratorio (dolor o picazón de la garganta, tos, respiración sibilante), náuseas, dolor de pecho, vómitos y sarpullidos.
- Mientras que los efectos crónicos asociados con el formaldehído incluyen una mayor prevalencia de los dolores de cabeza, asma, dermatitis de contacto (un sarpullido rojo causado por el contacto directo con una sustancia o una reacción alérgica a la misma como resultado de la sensibilización) y posiblemente cáncer.
La FDA advierte a que una mayor exposición a productos que contienen formaldehído, tanto en términos de duración como de concentración, mayores serán los posibles riesgos para la salud.
Además, señala que un grupo de personas pueden presentar mayor sensibilidad a esta sustancia, a quienes recomienda no utilizar productos que la contengan.
La Administración de Seguridad y Salud Ocupacional del Departamento de Trabajo de los Estados Unidos ha advertido a los salones de bellezas que existen productos para alisar el cabello que violan las regulaciones y no incluyen los formaldehídos en sus etiquetas y afirman estar "libres" o no tener la sustancia, que se caracteriza por un olor fuerte.
En octubre del 2023, la FDA anunció que trabajaba en una propuesta para prohibir ciertos productos alisadores del cabello que contengan formaldehído y otras sustancias químicas que puedan liberarlo, como el metileno o el glicol. Hasta el momento no se ha emitido la norma.
¿Una imposición social?
El uso de alisados ha sido vinculado con el seguimiento de una línea estética que por lo general ha dejado por fuera a las mujeres latinas y sobre todo a las afrodescendientes. Estos productos han estado en el centro de cuestionamientos por parte de grupos que profesan lo natural y saludable ante la exposición de químicos independientemente del producto que se emplee, sin embargo, "lo bonito" y lo "formal" del pelo lacio se impone a todas las advertencias de salud.
"Vivimos en una sociedad muy focalizada en estándares de belleza en el estereotipo anglosajón, que no es la realidad de la mujer latina, y, a pesar que ya en los dibujos animados hay de todas razas y etnias, por igual que en las muñecas, hay una presión no visible hacia las mujeres que si no entramos en estándares de belleza X, no somos bellas", reflexiona la psicóloga infanto-juvenil Lia Biaggi Sangiovanni.
Biaggi explica que es responsabilidad de las madres "trabajar su historia y hacer consciencia de que la belleza consiste en la diferencia" con el fin de lograr una desmitificación sobre un "pelo bueno y el pelo malo" y lograr que los niños se acepten tal cual son y abracen y honren sus raíces sin modificar su esencia.
Para Anastassia elegir llevar el pelo rizo o lacearlo ya sea con alisado tradicional o progresivos como la queratina, es una decisión personal en la que influirán las razones que cada quien considere necesarios para tomar una decisión, en la que el aspecto socio-cultural no está exento.
En su caso, cuando decidió pasar de los alisados a las queratinas en 2022, la joven dominicana radicada en España señaló que lo hizo por estética, sin embargo, cuando retornó a los alisados tradicionales fue una cuestión de comodidad, facilidad y preferencia personal, con una importante motivación de salud tras conocer los posibles efectos de su contraparte más "sofisticada".
"Yo elegí cambiarme luego de que vi que los progresivos tenían unos componentes un poquito nocivos para el tema de la salud de la mujer", dijo al señalar que su historial familiar cuenta con varios tipos de cáncer la empujó a alejarse de los progresivos.
Una posible solución
Ante el panorama de que las cremas alisadoras no pasarán de moda y en momentos en los que las medidas para prohibir el uso de formaldehídos tardan en llegar, la FDA lanzó una serie de recomendaciones enfocadas en evitar la compra de aquellos productos que contienen o liberan esta sustancia.
Si la persona continúa en su interés de usarlo la agencia llama a:
No aplicarlos por sí mismos
Leer la lista de ingredientes. Si no tiene una, no comprar el producto.
Estar pendiente a estos nombres de ingredientes en el empaque o en el sitio web de la empresa: formaldehído, formalina o metilenglicol, ya que si están presentes el producto contiene formaldehído o lo liberará.
Cuestionar al profesional del salón de belleza sobre los ingredientes del producto a aplicar y su experiencia en la colocación del mismo.
Reportar las reacciones adversas y suspender el uso si se experimenta una mala reacción al producto.
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