Certificación de resultados electorales en EE.UU. arranca con calma, a diferencia de 2020
Tranquilidad y precisión en un proceso históricamente tumultuoso
Los funcionarios locales han comenzado a certificar los resultados de las elecciones presidenciales de este año en un proceso que, hasta ahora, se ha desarrollado tranquilamente, en marcado contraste con el tumultuoso período de certificación de hace cuatro años que se vivió tras la derrota del entonces presidente Donald Trump.
Georgia fue el primero de los estados sin clara preferencia política en empezar a certificar los resultados, cuando las juntas electorales locales llevaron a cabo votaciones a lo largo de la jornada del martes. Mientras varios condados de los suburbios de Atlanta certificaban sus resultados sin controversia, el secretario de gobierno de Georgia, Brad Raffensperger, calificó las elecciones de Georgia de "libres, justas y rápidas".
Trump ganó Georgia y los otros seis estados clave en la batalla presidencial, después de perder seis de ellos ante el demócrata Joe Biden en 2020. Las reuniones de certificación de los condados están programadas más tarde en la semana en varios otros estados en disputa: Nevada, Carolina del Norte y Wisconsin.
La falta de complicaciones en la certificación en lo que va de la semana supone un regreso a cómo funcionaba el proceso, normalmente rutinario, antes de que Trump perdiera su intento de reelección hace cuatro años. Mientras intentaba anular la voluntad de los votantes, él y sus aliados presionaron a los miembros republicanos de las juntas de certificación de Míchigan para que retrasaran o detuvieran el proceso. También intentaron retrasar las certificaciones en Arizona, Nevada y Pensilvania.
A fin de cuentas las juntas cumplieron con la certificación, pero el énfasis de Trump en la certificación caló entre los republicanos. Algunos funcionarios republicanos locales se han negado a certificar los resultados en las elecciones desde entonces, lo que hizo temer un movimiento más amplio para rechazar la certificación este año si Trump hubiera perdido frente a la vicepresidenta Kamala Harris.
Algunos de esos sentimientos estuvieron presentes el martes. Michael Heekin, un miembro republicano de la Junta de Registro y Elecciones del condado de Fulton dijo que no estaba de acuerdo en que certificar los resultados electorales "es puramente un deber ministerial".
"Deberíamos ser la primera línea de defensa, al menos una de las líneas de defensa en examinar la calidad y la precisión de la elección", dijo.
Un abogado del condado, que incluye Atlanta, de mayoría demócrata, explicó durante la reunión que la certificación era un paso necesario antes de que pudiera proceder cualquier impugnación de las elecciones. La junta electoral del condado de Fulton certificó los resultados el martes por la tarde.
A diferencia de Trump hace cuatro años, Harris reconoció su derrota. Trump también ganó el voto popular por primera vez en sus tres candidaturas a la Casa Blanca y elogió los resultados electorales. En lugar de abalanzarse sobre los centros de recuento de votos del condado, sus partidarios se han mostrado exultantes.
"Hace cuatro años en esta época, estaba recibiendo constantemente llamadas telefónicas desagradables en mi oficina", dijo Lisa Tollefson, la secretaria de elecciones en el condado de Rock, Wisconsin. Este año, afirmó, "ha sido muy tranquilo".
Sin embargo, no todos están contentos. Las teorías conspirativas en torno a las elecciones de este año circulan entre partidarios de ambos bandos.
Después de la jornada electoral, las teorías conspirativas de izquierda proliferaron en TikTok, X y otras plataformas de redes sociales, en las que los usuarios se cuestionaban por qué el total de votos de Harris era alrededor de 60 millones — unos 20 millones menos de los que recibió Biden hace cuatro años.
Algunas cuentas de tendencia derechista tergiversaron la narrativa, afirmando falsamente que la diferencia de votos era prueba de que el conteo a favor de Biden en 2020 debía haber incluido votos falsos.
Dichas afirmaciones no tomaron en cuenta el hecho de que el recuento tomaría varios días, incluidos los votos en Arizona y California, el estado más poblado de la nación. Mientras se seguían contando votos esta semana, Harris ha recuperado algo de terreno y ahora tiene casi 72 millones de sufragios, una cifra que seguirá en aumento.
Los condados y otras jurisdicciones locales en todo el país estarán realizando auditorías postelectorales en las próximas semanas. Por lo general, este proceso involucra el conteo a mano de cierto número de boletas y comparar los resultados con los totales de las máquinas para garantizar su precisión.
Antes de que se certifiquen los resultados locales, el máximo funcionario electoral suele proporcionar los totales por candidato en cada una de las contiendas, junto con el número de votos depositados y la cantidad de boletas emitidas. Toda discrepancia se informa y se explica.
"El punto de todo esto es encontrar ese tipo de errores", dijo Kim Wyman, quien fue en su momento el funcionario electoral de mayor rango en el estado de Washington. "Se aseguran que los resultados sena precisos, que la elección fue precisa."
Cada estado pasará por este proceso, incluidos los estados sin clara preferencia política.
Las reuniones de certificación electoral comienzan el miércoles en Nevada, que respaldó a un republicano en la contienda presidencial por primera vez en 20 años. Los 17 condados del estado tienen hasta el viernes para certificar, mientras que el secretario de gobierno de la entidad, el demócrata Cisco Aguilar, y la Corte Suprema de Nevada deben reunirse antes del 26 de noviembre para finalizar los resultados a nivel estatal.
Los 15 condados de Arizona deben certificar antes del 21 de noviembre y enviar los resultados al gobernador y al secretario de gobierno — ambos demócratas — para la certificación estatal cuatro días después.
En Carolina del Norte, donde los funcionarios electorales se recuperaron rápidamente después de que el paso del huracán Helene devastó la parte occidental del estado, las juntas electorales en los 100 condados tenían programado reunirse el viernes para certificar los resultados.
Los condados de Pensilvania tienen hasta el 25 de noviembre para certificar. Algunos de los condados más grandes aún revisaban y contabilizaban papeletas provisionales el martes, la fecha límite para darse a conocer los resultados no oficiales en la entidad. Existe la posibilidad de un litigio en una contienda al Senado federal que se ubica cerca del umbral para activar un recuento automático a nivel estatal.
Las juntas de escrutinio de los 83 condados de Michigan tienen hasta el 19 de noviembre para revisar los resultados locales antes de enviarlos a la Junta de Escrutadores del Estado. El panel integrado por cuatro personas, dos demócratas y dos republicanos, tiene programado certificar los resultados antes del 25 de noviembre.
En Wisconsin, los condados comenzaron el proceso de escrutinio el martes y tienen hasta el 19 de noviembre para certificar. La Comisión de Elecciones de Wisconsin revisará los informes de los condados y el presidente — actualmente un demócrata — certificará los resultados antes del 1 de diciembre.
El problema potencial más grande en el estado se identificó el día de las elecciones y se corrigió. Las máquinas de tabulación de votos utilizadas para las boletas por correo en Milwaukee no estaban selladas correctamente. Una vez que se identificó el problema, se tomó una decisión bipartidista de comenzar de nuevo con el proceso de conteo.
La principal administradora electoral apartidista del estado, Meagan Wolfe, dijo que la elección había sido un éxito y no se presentaron problemas mayores. Atribuyó el éxito a los años de capacitación y preparativos de los trabajadores electorales locales.
"Las elecciones bien organizadas no ocurren por accidente", dijo.
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