Cien días de Gobierno Trump para las libertades civiles: "Cosas que nunca vimos en EE. UU."
Universidades enfrentan desafíos bajo el Gobierno Trump

Los menos de cien días trascurridos del Gobierno de Donald Trump han traído "cosas que nunca antes habíamos visto en Estados Unidos" en el terreno de las libertades civiles, según advierte la prestigiosa Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) en una entrevista con EFE.
Mike Zamore, director de políticas y asuntos gubernamentales en la ACLU, no duda en referirse a la Administración Trump como un "régimen" en el sentido de que "usa tácticas como las de los gobiernos que hacen retroceder a las democracias y que sabotean los equilibrios de poderes y el imperio de la ley".
La entrevista está centrada en el impacto que está teniendo la actual pugna del Gobierno Trump con las universidades, principalmente la de Harvard, única que se ha opuesto frontalmente a sus intentos de control.
En esta pugna, Zamore advierte de que lo más grave ha sido "la mera idea de que el Gobierno puede escoger a su antojo las ideas que merecen ser expresadas".
Con ello se refiere a la pretensión del Gobierno de Trump de rechazar a los estudiantes "hostiles a los valores estadounidenses" o de reformar sus programas de estudio sospechosos de antisemitismo o de contener sesgos ideológicos que no se precisan en la famosa carta que el Gobierno mandó a Harvard el pasado 11 de abril con toda una lista de exigencias.
"Hay un grave peligro de que solo se admitan los puntos de vista favorables al Gobierno y esto en último término infringe las libertades y la competición de ideas (...) Este ataque a la libertad académica es, además, un atropello al libre discurso, central en el sistema constitucional de Estados Unidos", advierte.
Para Zamore, no es exagerado comparar el momento actual con el macartismo, ese periodo de los años 40 y 50 del pasado siglo en el que el temor al comunismo soviético impulsó una campaña de represión política, delaciones y control ideológico que sofocó al mundo de las artes y en general a la sociedad estadounidense.
"En menos de cien días, esta Administración ha llevado a cabo una noción de vigilancia del pensamiento y la expresión espeluznante en el mundo académico, pero que afecta a franjas mucho más amplias de la sociedad y que, en cierto modo, recuerda mucho a lo que pasó durante el macartismo", reflexiona.
- Con respecto a la falta de una respuesta común por parte de las universidades -la de Harvard ha rechazado las demandas del gobierno, pero la de Columbia las ha aceptado-, Zamore entiende la dificultad de movilizar una posición conjunta.
"Es una táctica común de regímenes que tratan de silenciar a sus oponentes o quebrar el poder de las instituciones: golpear una por una y crear un ambiente de miedo que haga que otras organizaciones hermanas sean reticentes a levantar la cabeza y arriesgarse al mismo destino", señala, y extiende esta misma actitud al ámbito de los grandes bufetes de abogados, reacios a representar a las universidades en conflicto con el Gobierno.
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Este clima de sospecha y miedo,
¿por qué no moviliza a la sociedad en su conjunto?
Sobre eso, Zamore cree que aún es pronto y lo que se percibe hasta el momento son muchas actividades dispares de protesta, que tardarán en cristalizar en alguna suerte de coordinación o esfuerzo conjunto, pero no duda de que lo habrá.
"No se materializará de la noche a la mañana de una forma que sea inmediatamente transformadora, pero soy optimista en que tenemos capacidad para reunir a las gentes en torno a los valores fundamentales de una sociedad justa, en la que todo el mundo tiene una oportunidad y el Gobierno no puede ordenarte qué decir o qué pensar".