EE.UU. respaldará plan de la ONU en Haití, mientras se conoce acuerdo con mercenarios
EE.UU. respalda plan de la ONU para financiar fuerza multinacional en Haití mientras el gobierno contrata a empresa de Erik Prince para combatir pandillas

Seis meses después de que el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, propusiera que la organización asumiera parte del financiamiento de la fuerza multinacional que enfrenta a las pandillas violentas en Haití, la administración Trump anunció que apoyará la iniciativa.
Un portavoz del Departamento de Estado confirmó al Miami Herald que Estados Unidos presentará un borrador de resolución ante el Consejo de Seguridad para crear una Oficina de Apoyo de la ONU destinada a asistir a la fuerza multinacional de seguridad en Haití.
Aunque no se precisó cuándo se someterá a votación, fuentes señalaron que podría abordarse en una reunión del Consejo sobre niños, conflicto armado y derechos humanos en Haití, convocada por Panamá.
Respaldo estadounidense
El respaldo estadounidense busca revitalizar la misión liderada por Kenia, que enfrenta escasez de fondos y equipo. Según la ONU, las contribuciones al fondo fiduciario para Haití suman 112.5 millones de dólares, suficientes solo para cubrir salarios, pero insuficientes para equipamiento o expansión de la fuerza, prevista para 2,500 efectivos.
- Daniel Forti, analista del International Crisis Group, advirtió que, pese al impulso de Washington, no será fácil lograr el apoyo del resto del Consejo de Seguridad tras meses de demoras, tiempo en el que las pandillas han fortalecido su control de Puerto Príncipe.
La propuesta de Guterres plantea mantener la actual misión multinacional de apoyo liderada por Kenia y crear una oficina financiada con el presupuesto de operaciones de paz de la ONU para proporcionar soporte logístico y estructural. El líder de la ONU defiende un "enfoque de doble vía" que permita reducir el control territorial de las pandillas mediante operaciones dirigidas.
Los mercenarios hacen acuerdos
Mientras el plan avanza en la ONU, el gobierno haitiano ha recurrido a un refuerzo paralelo: la firma militar privada Vectus Global, dirigida por Erik Prince, fundador de Blackwater y aliado político de Donald Trump. Según confirmó Prince a Reuters, firmó un acuerdo de 10 años con Haití para combatir las pandillas y posteriormente asumir funciones en la recaudación de impuestos.
Prince dijo que su objetivo inicial es asegurar las principales carreteras en un año, con el indicador de éxito de poder viajar de Puerto Príncipe a Cabo Haitiano sin blindaje y sin riesgo de ataques.
Una fuente cercana a la operación indicó que, una vez estabilizada la seguridad, la empresa implementará un sistema para gravar las mercancías que ingresan desde la República Dominicana, frontera que antes representaba la mitad de la recaudación fiscal haitiana pero cuyo comercio se ha reducido drásticamente por la inseguridad.
Vectus Global inició operaciones en marzo, desplegando drones en coordinación con una fuerza de tarea del primer ministro haitiano. En las próximas semanas incorporará cientos de combatientes de Estados Unidos, Europa y El Salvador, especializados en francotiradores, inteligencia y comunicaciones, además de helicópteros y embarcaciones. Parte del equipo contará con hablantes de francés y criollo haitiano.
Ni el presidente del Consejo de Transición, Laurent Saint-Cyr, ni exautoridades haitianas respondieron a Reuters sobre el acuerdo. El 7 de agosto, Saint-Cyr pidió más apoyo internacional, incluyendo soldados y entrenamiento, para enfrentar a las pandillas que controlan rutas estratégicas, atacan hospitales y estaciones policiales, y extorsionan a la población.
Prince, exintegrante de los Navy SEAL, fundó Blackwater en 1997 y la vendió en 2010 tras un escándalo por la muerte de 14 civiles en Irak, cuyos responsables fueron indultados por Trump. Desde el regreso de este último a la Casa Blanca, Prince ha asesorado a Ecuador contra el crimen organizado y pactado operaciones de seguridad en la República Democrática del Congo.
Organizaciones de derechos humanos advierten que la presencia de empresas militares privadas no es una solución sostenible y podría derivar en abusos, desviando recursos que podrían fortalecer a las fuerzas de seguridad haitianas.