¿Cómo es vivir en un país de Oriente? La experiencia de una dominicana viviendo en Arabia Saudita
La cantidad de dominicanos residiendo en Oriente Medio asciende casi a 2,000

Los dominicanos han demostrado que saben adaptarse a cualquier cultura, sin importar lo lejos que se encuentren de su tierra y de su gente. Por ello, no sorprende que el número de criollos en el Medio y Lejano Oriente vaya en aumento.
El idioma, las creencias y las diferencias en el trato social y cultural son solo algunas de las limitantes a las que se enfrentan al convertir en su hogar países como Catar, Arabia Saudita, Dubái, Omán, Turquía, Israel, entre otros.
Sin embargo, más allá de esas diferencias, los dominicanos han sabido abrirse camino y encontrar nuevas oportunidades de desarrollo y crecimiento, reafirmando así el carácter de un país cuya comunidad en el exterior alcanza ya casi los tres millones de personas.
Los datos más recientes muestran que actualmente cerca de 2,000 dominicanos residen en el Medio Oriente, desde donde continúan poniendo en alto sus raíces.
Muchos de ellos se desempeñan en áreas como la arquitectura, la medicina, la hotelería y el comercio, aportando no solo al crecimiento económico de las naciones que los acogen, sino también a su diversidad cultural.
¿Cómo es vivir en un país de Oriente?
Contrario a lo que podría imaginarse, vivir en una cultura tan distinta ha permitido a los dominicanos ampliar sus horizontes y dejar de lado prejuicios que en Occidente suelen manejarse sobre los pueblos árabes.
Esto, a pesar de los lazos históricos que nos unen desde finales del siglo XIX, cuando migrantes del Medio Oriente llegaron a la República Dominicana huyendo de precariedades económicas, la represión política y la persecución religiosa debido a su acercamiento al cristianismo.
Diario Libre conversó con una dominicana residente en Arabia Saudita, quien compartió la maravillosa, aunque retadora, experiencia que ha significado para ella adaptarse a una nueva cultura.
Carol Jorge, una joven arquitecta de 34 años, llegó hace poco más de un año a Jeddah, una ciudad cercana al mar Rojo y considerada una de las más bellas de Arabia Saudita. Para el 2021, su población se estimaba en 4,697,000 habitantes.
Jeddah es reconocida como la cuna de las artes del país y la ciudad más grande de la provincia de La Meca, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2014.
La joven dominicana ha sabido aprovechar su experiencia y asegura que una de las principales motivaciones de los latinoamericanos para trasladarse a estos países es la oferta económica que presentan los distintos sectores laborales.
¿Podrías mencionar tus motivaciones para mudarte a dicho país?
En mi caso la empresa para la que trabajo tiene sus oficinas principales en Jeddah, Arabia Saudí. Y el año pasado al cambiar de posición tenía que mudarme. En general muchas personas vienen porque las ofertas salariales son mucho mejores que otras regiones (ej. Europa).
Siendo un país y una sociedad distante de tu cultura, ¿podrías mencionar las dificultades (si alguna), que enfrentaste al momento de tu llegada?
Hay diferencias culturales muy marcadas. Para mí no han sido dificultades, sino adaptaciones. Por ejemplo, hay diferencias al interactuar socialmente, como latinoamericanos somos cálidos y cercanos generalmente, y aquí en contraste existen otros protocolos. El idioma es totalmente diferente, pero muchas personas hablan inglés así que es manejable.
¿Alguna vez tus creencias o costumbres han entrado en conflicto con las religiones que se practican allá?
No. Los musulmanes sunni son muy respetuosos.
¿Cómo es el país? ¿pudieras hacer una descripción?
Arabia Saudí es un país relativamente joven, con una fe y costumbres muy arraigadas. La gente es muy amable, educada, alegre, y reservada. El país dio un giro y apertura grande por el 2010 cuando el rey Salman cambió muchas leyes que antes limitaban a la población.
Entre esos cambios incluyó: que las mujeres pudieran trabajar, vestirse como quieran, conducir, viajar sin acompañantes, comprar propiedades sin tutela, abrió el país al turismo. Estos cambios fueron en gran parte influenciados por el príncipe heredero Mohammed Bin Salman, quien es también el primer ministro del país en la actualidad.

Es la cara de la política moderna de Saudí y su visión y proyectos están cambiando y modernizando el país a gran escala. Saudí es uno de los países más ricos de la región y del mundo, y tienen unas metas a corto y largo plazo que hace que el país se movilice e invierta en su infraestructura, proyectos masivos, proyectos de salud y educativos, así como está invirtiendo en su gente.
¿Qué es lo que más te ha gustado del país?
Me ha gustado sorprendentemente gratamente sobre su gente, la apertura y amabilidad con el visitante, y el cariño y respeto que se demuestran entre ellos. Aprender del islam y desmontar muchas mentiras que nos han vendido en occidente.
¿Qué ha sido lo más difícil a lo que has tenido que adaptarte?
Para mí en particular la adaptación ha sido muy fácil, pero si debo mencionar algo sería el cambio de protocolo con las personas. En occidente solemos ser más cercanos hasta con extraños.
¿Es complicado adaptarse a esa sociedad?
Depende la mentalidad con que vengas. Si entiendes que las diferencias que experimentarás son parte de su realidad y siempre ha sido así, si decides verlo desde la curiosidad y el respeto, es bastante fácil.

Ellos por costumbre son muy receptivos y respetuosos, incluso es parte del islam que el visitante debe ser tratado mejor que el local, así que las tradiciones de hospitalidad son muy importantes.
¿Cómo es vivir en el desierto?
El clima es duro. Es necesario adaptar la vestimenta y los tejidos según la época. En la ciudad donde vivo la humedad es muy alta ya que está situada frente al Mar Rojo. Por esto los meses de verano son muy duros con temperaturas de hasta 47 grados Celsius.
Además del trabajo ¿cómo es la sociedad y el día a día?
Por el clima muchas actividades se realizan en espacios interiores. Así que los meses más generosos la gente aprovecha para disfrutar de actividades al aire libre: excursiones en el desierto, playas, pasadías en barcos, caminar en el frente marítimo, partidos de futbol, ir al Circuito F1, entre otros.
Como el alcohol no es permitido, el ocio gira entorno a la gastronomía, cultura y deportes. Es muy común ir al cine, jugar bolos, padel, etc. Generalmente estos lugares ofrecen una experiencia más elevada de lo normal.

En esta región hay playas espectaculares, que no tienen nada que envidiar al Caribe o Maldivas. Es común ir a la playa manteniendo las normas de la cultura y el país. Y si quieres una experiencia "más occidental" debes ir a clubes de playa privados.
Los restaurantes son de alto nivel, y la oferta es muy variada. Si son lugares muy tradicionales (que en mi ciudad son la minoría) puede existir la segregación de géneros. Hay áreas destinadas para familias y mujeres, y para solteros (hombres). Pero esto es cada vez menos común.

¿Algún mito o creencia que tuvieras sobre dicho país/cultura y que luego de vivir allá haya sido diferente a lo que pensabas?
Pensaba que sería una cultura estricta, de pensamientos muy radicales. Esperaba una forma de ser y de comportamiento menos sereno. Sin embargo, he conocido una cultura generosa, pacifica, amable, receptiva, alegre, muy educados, con valores familiares muy arraigados, una cultura honrada.