Lindsay Lohan, ¿la verdadera “chica mala” de Hollywood?
Lohan ha tenido una ajetreada vida artística.

Han pasado muchos años desde que Lindsay Lohan fuese nombrada como una de las niñas prodigio con más potencial de su generación, pero no cabe duda de que el mote de “chica mala” le queda perfecto.
A partir del año 2007 sucedieron múltiples de episodios relacionados con el alcohol, las drogas, e, incluso la cárcel en la vida de la actriz. A pesar de ello, sigue siendo recordada como un icono del Hollywood más pomposo e irreverente. Así, convirtiéndose en todo un referente para los escándalos que envuelven a la juventud estadounidense.
En 2021, con el movimiento #FreeBritney más vivo que nunca, se ha empezado a debatir el tratamiento de los medios de comunicación hacia las figuras públicas y el impacto que han ocasionado en la sociedad. Mientras que, por un lado, se puede comprobar que los escándalos son más criticados en mujeres. Por otro lado, se revela que el morbo y la devastación en vivo llaman la atención del público. Por dicha razón, no es de extrañar que Lohan fuese la perfecta “cabeza de turco” para encabezar una generación decadente y una adolescencia complicada.
Además, para añadir más picante a la situación, cumplía los requisitos de la “maldición de los niños actores”. Dicho de otra forma, se cumplió al terminar por sepultar su prolífica carrera interpretativa. Compartió trabajos con actores de gran altura como Meryl Streep, Denzel Washington y estuvo a las órdenes de realizadores de gran calidad como Robert Altman, Garry Marshall o Paul Schrader.
Han pasado más de 10 años desde la mítica foto de Lindsay Lohan, Paris Hilton y Britney Spears compartiendo un taxi. Después de dimes y diretes donde Hilton afirma que nunca fue amiga de Lohan y, en verdad, fue una acoplada más, lo que queda claro es que dicha foto es parte de la cultura pop actual.
Tal vez nadie se acuerde de Lohan trabajando con Meryl Streep en “El último show”, o con Jamie Lee Curtis en “Ponte en mi lugar”, pero de esa imagen, seguro que sí. En la actualidad, las que en ese momento eran sus compañeras de juerga, han terminado repudiando, omitiendo su nombre o, incluso, hablando mal de ella.
Seguramente, en esos tiempos, el descontrol emocional y psicológico de la actriz produjeran que fuera una persona difícil de tratar, pero, ¿no sería el momento de buscar ayuda?
El historial de escándalos de Lohan son innumerables, razón por la que ninguna productora quiere volver a trabajar con ella o no se plantean darle una nueva oportunidad en los tiempos que corren.
Incluso, se rumorea que los seguros tiemblan cada vez que la actriz va a estar inmersa en un proyecto. Aún así, como se ha comentado anteriormente, ese comportamiento es el resultado de años donde su mayor apoyo han sido la fama, los rodajes, el éxito, los paparazzi y el qué dirán.
Como se ha observado en multitud de ocasiones, su familia ha jugado un papel irregular y también ha sido partícipe del circo mediático. Por lo cual, sin un referente que le permitiese salir de esa espiral de destrucción, el resultado es el retrato que ahora se tiene de Lindsay Lohan. Sin duda, se ha convertido en un cliché, algo que se relaciona perfectamente con dicha foto.
Está claro que nadie apostaría por ver a Lindsay Lohan resurgir de sus cenizas y postularse como una actriz valorada por la industria, aunque eso no es sinónimo de que no esté recuperada. Tras varios años de idas y venidas, entradas de rehabilitación y descansos intermitentes, finalmente, parece que la socialité se ha adecuado a su nueva realidad. Lejos de volver a ser noticia por excesos, se nombra en los medios para recordar que apenas tiene presencia en el cine y mencionar trabajos de su antigua carrera profesional.
Recientemente, fue noticia a raíz de recuperar una entrevista con David Letterman, donde el comunicador banalizó los problemas de adicciones de la actriz. A raíz del documental de Britney Spears, empieza a reflexionar sobre otras celebridades que fueron tratadas de una forma similar.