Hay que sacarle provecho a la diáspora dominicana experta en aviación
Impacto de la seguridad operacional y transparencia en la aviación
En el año 2016, nos tocó visitar el Aeroclub Dominicano74 como parte de una comitiva que buscaba traer al país el ensamblaje de pequeños aviones. Al visitar el aeroclub, decidí incorporarme y ponerme al día con la situación de la aviación nacional. Aunque vivía en EE. UU., la tecnología de la comunicación había facilitado estar enterado del día a día a través de plataformas como WhatsApp y Facebook.
Es ahí donde comienzo a escuchar de serios problemas con las autoridades de aviación civil dominicanas. Temas como alto costo del combustible, dificultad de acceso a los aeropuertos, falta de hangares entre otros; esto nos llevó a unirnos a un grupo de pilotos locales y crear una organización sin fines de lucro, que se dedicará a representar el sector, la cual nombramos Asociación Dominicana de Aviación General (ADAG).
Pero a medida que pasó el tiempo, nos encontramos con otros problemas en el sector. Las aerolíneas dominicanas de gran envergadura habían desaparecido con Dominicana de Aviación a principio de los años 90, y con ellas la profesionalización del personal aeronáutico en la industria.
Entre los años 2018 y 2024 el país vivió una explosión de nuevas aerolíneas, con la creación de empresas como PAWA, Skyhigh, Sky Cana, Red Air y Arajet Airlines. Esto trajo consigo un importante reto para la aviación nacional; pues, aunque el aumento de las operaciones aéreas es generalmente celebrado como un indicio de crecimiento económico, es a su vez un factor importante en el aumento en accidentes aéreos.
En diciembre de 2021 tuvimos el primer accidente de importancia, con el fatídico vuelo de HELIDOSA HI1050, en el aeropuerto internacional de Las Américas, donde murieron nueve personas. Pocos meses después tuvimos el accidente de RED AIR en Miami, Florida, donde estuvimos muy cerca de perder 140 personas.
Esto llevó a una investigación de parte de las autoridades norteamericanas, que a su vez produjo una auditoria de seguridad operacional de la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés).
Es debido a esta cadena de accidentes e incidentes, que un grupo de pilotos de aerolíneas norteamericanas de origen dominicano, decidimos formar una organización sin fines de lucro llamada "Consejo de Capitanes". Cuya misión es investigar y analizar la situación de la aviación civil dominicana, y proponer cambios y mejoras para su buen desenvolvimiento.
Con esto, inició un periplo por las instituciones de aviación civil, así como por los medios de comunicación, donde buscábamos concientizar y crear relaciones de trabajo para apoyar al mejoramiento de la seguridad operacional.
Inmediatamente observamos cierta resistencia de parte del gobierno en transparentar el tema de aviación civil en el país. Se nos decía que "la aviación es como la banca, debe mantenerse todo confidencial para evitar pánico"; pero esa no era nuestra cultura de seguridad operacional en los EE. UU.
Aunque es cierto que algunas cosas deben ser confidenciales, la cultura aeronáutica norteamericana aprendió (a la mala, luego de muchos accidentes) la importancia de la transparencia.
Nuestro país cuenta con una amplia gama de recursos humanos en el exterior. La diáspora dominicana se ha caracterizado por su crecimiento económico y profesional, y los pilotos no somos ajenos a eso.
Hoy en día contamos con pilotos en todos los niveles de la aviación mundial, desde capitanes de los aviones más grandes del mundo en los EE. UU., Europa y Asia; hasta ingenieros aeroespaciales en agencias como NASA y empresas como Virgin Galactic. Era claro que el país estaba perdiendo acceso a este recurso, simplemente por la obstinación de algunos funcionarios que no aceptaban la crítica privada o pública.
En agosto del año pasado el presidente Abinader realizó cambios en las instituciones de aviación civil dominicana, que han refrescado el ambiente. Hemos observado una apertura muy significativa y una mejora circunstancial en la transparencia de estas instituciones.
Finalmente creemos que se le dará espacio a la crítica y se trabajará con la diáspora dominicana para sacarle provecho a sus conocimientos y deseo de ayudar.
Debemos cambiar de paradigma, la seguridad operacional cuesta y su base es la transparencia y el trabajo en equipo. El cambio debe comenzar desde presidencia y bajar a lo largo de la pirámide hasta el más nuevo estudiante de piloto.
Solo así lograremos salir de la estadística y evitar lo que otros ya han aprendido de mala manera con accidentes y sangre. Al final del día, todos queremos que la aviación nacional crezca, y que crezca de forma segura y confiable.