Los recortes de Trump a la agencia meteorológica de EE. UU. y su posible impacto negativo en RD
Por décadas, los EE. UU. ha provisto a la región del Caribe de información meteorológica invaluable sobre huracanes
Hoy día, la administración Trump ha ordenado que el presupuesto para esto sea reducido

Es común celebrar la posición geográfica de República Dominicana en el centro del Caribe insular como una gran ventaja estratégica para el país, aunque en ocasiones significa también una desventaja ante fenómenos meteorológicos como los huracanes.
Ya se ha hecho costumbre que cada año, durante la temporada ciclónica, la sociedad dominicana sigue con atención las predicciones del centro de huracanes de Miami, principal centro de predicción de estos fenómenos en nuestra región y dependencia de la Administración Nacional para la Atmósfera y los Océanos (NOAA en inglés) de los EE. UU., la cual se ha visto envuelta en dramas gubernamentales debido a recortes ordenados por la administración Trump.
John Morales, un reconocido meteorólogo de Miami (y gran amigo de República Dominicana), ha estado sonando la alarma por meses sobre los profundos e irresponsables recortes que la administración Trump ha ordenado en NOAA.
Morales explicó, en varias intervenciones en los medios, como estos recortes pudieran afectar importantes herramientas como los vuelos de aviones caza huracanes y el acceso a los datos de satélites de microondas del Departamento de Defensa.
En un esfuerzo por rectificar sus acciones, el gobierno de EE. UU. ha iniciado la recontratación de muchos de los científicos de NOAA desvinculados hace unos meses, y ha aclarado que no se perderá el acceso a los satélites de microondas.
Impacto en RD y el resto del Caribe
Pero parte del daño ya está hecho, pues con estos movimientos se ha creado una desestabilización inusual en esta temporada ciclónica, lo que significa que países como el nuestro, que no cuentan con los equipos o el personal para realizar dicha labor de pronóstico certero, podrían perder una importante herramienta de alerta y preparación ante estos fenómenos.
Por décadas, los EE. UU. ha provisto a la región del Caribe de información meteorológica invaluable, a través de las diferentes agencias norteamericanas que interactúan para crear estos pronósticos de huracanes.
Cada año los satélites de microondas norteamericanos nos ayudan a seguir las formaciones de zonas de baja presión que salen del occidente africano, y los aviones caza huracanes de NOAA y la Fuerza Aérea de EE. UU. son desplegados desde Florida y Mississippi a diferentes puntos del Caribe a volar misiones dentro de los huracanes que se acercan a nuestra región.
Las misiones de los aviones caza huracanes son especialmente importantes en la construcción y mejora de los pronósticos y mediciones de intensidad, pues estos lanzan sensores desde diferentes alturas y posiciones dentro del huracán que ayudan a mejorar la data suministrada por los satélites.
A medida que el huracán se acerca a zonas pobladas, estas misiones aumentan, mejorando así la calidad del pronóstico de dirección e intensidad del fenómeno.
Con estos recortes, la administración Trump parece indicar su desinterés en continuar ayudando a la región a estar bien informada en temas de pronósticos de huracanes. Esto, aún cuando en la región se encuentran importantes comunidades norteamericanas como las Islas Vírgenes, Puerto Rico y la base naval de Guantánamo en Cuba.
- Los países de la región no están ni siquiera mínimamente preparados para tomar el lugar de NOAA en estos procesos de pronósticos de huracanes.
La región del Caribe insular cuenta con algunas de las economías más pequeñas de América, siendo precisamente la República Dominicana la mayor economía de las islas del Caribe.
En el caso dominicano, el Instituto Dominicano de Meteorología (Indomet) depende casi en su totalidad del Centro de Huracanes de Miami (NOAA), y con ello, de los equipos y personal asignados a esta labor para emitir sus reportes y alertas en temas de huracanes.
Esto significa que cualquier disminución en las capacidades de NOAA en este tema tiene un impacto directo en la habilidad del Estado dominicano de pronosticar y emitir alertas de huracanes.
Los nuevos radares meteorológicos dominicanos
Recientemente, el gobierno dominicano puso en funcionamiento un nuevo radar meteorológico Doppler en la provincia de Puerto Plata, dicho radar es parte de un proyecto de triangulación meteorológica que se une al radar de Punta Cana y al que será próximamente instalado en el aeropuerto de Las Américas.
Pero estos radares no resuelven el posible vacío dejado por los recortes de NOAA, pues los radares meteorológicos son la última herramienta en la cadena de pronósticos para huracanes, y no están diseñados para un uso climatológico sino más bien para un uso aeronáutico.
La República Dominicana ha sido identificada como uno de los países que podría ser más afectados por el cambio climático. Su posición geográfica en el centro del Caribe insular la expone a ser golpeada por estos importantes fenómenos naturales, en un momento en el que se ha determinado que la cantidad de huracanes de gran tamaño se intensifica con el calentamiento global.
El gobierno dominicano, junto con organizaciones como Caricom, debe intervenir como parte interesada ante la administración Trump, y ayudar en el empuje a que los pronósticos meteorológicos en la región del Caribe no pierdan calidad, pues junto a los demás Estados de la región, su seguridad depende de ello.