¿Es realmente República Dominicana un referente para la aviación civil regional?
Ausente en el análisis del presidente sobre las glorias de la aviación dominicana estuvo la mención de la seguridad operacional
Para el ojo no entrenado, la aviación parece estar en su mejor momento con un rápido crecimiento y grandes planes de inversión, pero para los profesionales de la industria, observamos un aumento de riesgo y lentitud en adaptar el sistema a operaciones cada vez más complejas

Durante la apertura esta semana de la Cumbre de Negociaciones de Servicios Aéreos (ICAN por sus siglas en inglés), de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), el presidente Luis Abinader, utilizando el evento para su conferencia de prensa semanal, expuso la idea de que la aviación civil dominicana ha alcanzado un desarrollo y crecimiento tal, que se ha convertido en “un referente regional”, citando aspectos como conectividad aérea y cantidades de pasajeros transportados, pero obviando citar el aspecto más importante: los profundos problemas de seguridad operacional que tenemos.
La normalización de la desviación
Un concepto ampliamente utilizado en materia de seguridad operacional es el concierne a las desviaciones de las normas en un sistema de aviación, que luego pasan en sí a ser normalizadas.
Dicha normalización es el mayor peligro latente de todo sistema de aviación civil. En el caso dominicano, hemos llevado el concepto más lejos: no solo tendemos a normalizar la desviación, sino también a castigar las correcciones.
Y es que recientemente, informamos al Instituto Dominicano de Aviación Civil (IDAC), de preocupantes desviaciones de uno de los operadores aéreos nacionales, presentadas ante nuestro equipo precisamente por los mismos pilotos de dicho operador.
Lo que aconteció después de eso fue una serie de errores en el manejo de información confidencial, amenazas e intimidaciones a nuestros miembros y sus pilotos de parte del operador, y el sentimiento final de frustración en un ciclo vicioso de cultura de seguridad operacional tóxica que se vive en la aviación dominicana.
Legado nefasto del uso de amenazas e intimidaciones
Esta práctica de intimidar a los pilotos cuando se filtran reportes de seguridad operacional confidenciales tiene un largo historial en el país.
Accidentes como los de Helidosa en 2021 (donde era conocido el asedio a sus pilotos cuando se llenaban reportes de seguridad operacional, filtrados de igual manera por el IDAC de vuelta al operador), están estrechamente ligados a esta horrible práctica.
Si a esto añadimos una Comisión de Investigación de Accidentes Aéreos (CIAA) que no hace su trabajo, y que en los pocos informes que termina se enfoca en cosas superficiales y no en temas estructurales como estos, lo que nos queda es un sistema sumamente disfuncional y que no aprende de sus propios errores.
Asesores internacionales con filosofías reglamentarias ya superadas
Uno de los aspectos más impactantes de este suceso ha sido la mentalidad del equipo de asesores internacionales que trabaja para el IDAC. Un grupo de personas que en teoría tienen largas carreras en el mundo regulatorio estadounidense, y que uno esperaría que tuviesen una concepción más desarrollada sobre las filosofías regulatorias modernas.
Lo que encontramos fue un equipo estancado en el pasado, con una idea de seguridad operacional punitiva, ya superada en el mundo desarrollado.
En conclusión, es triste escuchar al presidente Abinader hablar de una aviación civil como referente regional cuando vivimos todavía en la prehistoria en materia de seguridad operacional, cuando se utiliza la intimidación de pilotos como táctica para esconder sus propios errores, y cuando el principal regulador falla en encontrar las más básicas violaciones de los operadores auditados.
- Señor presidente, podremos ser un referente en cuanto a conectividad, pero en materia de seguridad operacional nos falta un largo camino por mejorar.

Francisco J. Diaz